Por Luis Gotte.

Con la reforma de la Constitución Nacional, en 1994, el nuevo art. 123 establece que, cada una de nuestras provincias, además de dictar sus propias constituciones, deben asegurar su AUTONOMÍA MUNICIPAL, y serán los gobiernos de provincia los que determinen su alcance.

Sin embargo, el legislador fue desafortunado en la redacción de aquella norma, al no ser claro ni inteligente, dejando una ventana abierta al no disponer que dicha autonomía sea plena.

Toda autonomía implica ser ejercida cabalmente, es decir, debe ser total.

Solo la Constitución Nacional y la Provincial establecen límites. No debe quedar restringida por cuestiones de intereses políticos, porque, de lo que se trata es encontrar el máximo beneficio para los Municipios y vecinos.

La realidad política nos ha demostrado que, salvo excepciones, cada provincia realiza su interpretación en su beneficio político.

Lo que pone en discusión, el régimen político, no es tanto la autonomía política, administrativa, financiera y económica. Lo que perturba al ejercicio del poder centralista es la Autonomía Institucional, que cada Municipio pueda dictar sus propias Cartas Orgánicas o Constituciones locales.

Es decir, que cada gobierno municipal o comunal tenga sus propias reglas de organización y administración local y el ejercicio del poder de ejecución de sus obligaciones comunitarias, eligiendo la forma y el procedimiento adecuado para su realización.

La Argentina cuenta con una superficie continental de 2.766.890 km², y una densidad poblacional de 17 hab./km². El promedio mundial es de 46 hab./km², y el Área Metropolitana de Buenos Ayres es de 1.150 hab./km². Poseemos 23 provincias y CABA (?), 20.563 localidades, 1.298 son cabeza de Municipios de las cuales solo 345 tienen posibilidad de dictar sus Cartas Orgánicas de acuerdo a sus constituciones provinciales, pero solo 186 las han sancionado, restando 159 que aún no lo han hecho.

A pesar del art. 123 de nuestra Ley suprema, existen 4 constituciones provinciales que, directamente, no habilitan a los municipios a poseer Carta Orgánica: Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y Santa Fe.

Es decir, al 48% de la población argentina no se le permite administrarse de acuerdo a sus realidades.

También llama la atención que 8 provincias son las que carecen de estas constituciones locales: otra vez Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y La Pampa que no habilita a sus municipios a la redacción de Cartas Orgánicas.

La Rioja tiene 18 municipios que están en condiciones de redactar sus Cartas, Santa Cruz con 15 Municipios y Tucumán 19 Municipios y la autonomía institucional aún no fue reglamentada por ley. Por otro lado, hay 6 jurisdicciones que han alcanzado el 100% de sus municipios habilitados con sus respectivas Cartas Orgánicas: CABA, Catamarca, Corrientes, San Juan, San Luis y Tierra del Fuego. Algunos casos curiosos para destacar son: Formosa, su constitución establece una población de 30 mil habitantes, la más alta de Argentina, para dictar sus Cartas Orgánicas, con una población de 580 mil habitantes y 27 municipios, solo Clorinda y Formosa alcanzan esta “vara” que imponen, pero aún no lo han hecho; la Provincia de Corrientes donde, todas las comunas con más de 1.000 habitantes son considerados Municipios y tienen la posibilidad de dictar sus propias Cartas Orgánicas, en la actualidad cuenta con 76 Municipios y 44 ya han dictado sus Cartas; y, La Rioja que es un ejemplo de manipulación política ya que, la constitución provincial de 1986 disponía, en su art. 154, que los Municipios tienen autonomía plena permitiendo que los 18 Municipios sancionaran sus Cartas, sin embargo, se la reformó en 1998, expresando en las disposiciones transitorias la derogación de las cartas municipales existentes.

A la fecha, ningún Municipio tiene en vigencia sus Cartas Orgánicas. Según datos provisorios del Censo 2022, en la República Argentina habitan más de 47.300.000 personas.

De ese total, el 92% reside dentro de unas 1.000 ciudades distribuidas en todo su territorio. Sin embargo, su concentración es desigual entre las regiones y, por lo general, las capitales centralizan la población en las provincias.

Tenemos 8 aglomeraciones urbanas que concentran un poco más de la mitad de la población total del país: Buenos Ayres, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, Mar del Plata, La Plata y Salta.

En contraste, ya 90 pueblos desaparecieron en la última década y unos 800 están en crisis por despoblamiento. En las zonas rurales viven algo más de 4 millones de personas (el 8% de la población) donde el 40% está en riesgo de emigrar hacia las grandes urbes.

Existen 675 ciudades de entre 2000 y 10.000 habitantes. Uno de cada cuatro argentinos habita una ciudad pequeña. Son Comunas donde la capacidad burocrática se encuentra limitada, por lo tanto, el gobierno local es más eficiente para gestionar su desarrollo local.

Hoy muchas de ellas intentan adaptar sus servicios para atraer a más población.

El mayor problema con el que se encuentra el poder político, y están ignorando, es el crecimiento urbano incontrolado. Hecho que se da en las grandes ciudades, que van generando sus conurbanaciones.

Ellas siguen un anárquico y confuso proceso de expansión territorial-comunal, generando consecuencias negativas, como la falta de planificación, insuficiencia de infraestructura básica y de servicios para la comunidad. Solo reproduce injusticias. El vecino del pueblo que emigra en busca de oportunidades laborales corta sus raíces culturales y el desarraigo lo acompañará durante el resto de su vida. Y en las ciudades suelen obtener empleos mal remunerados, hay insatisfacción, enojos, violencia.

En la generación de sus hijos esto se potencia. Las proyecciones para la próxima década son alarmantes.

No hay indicios de que el escenario actual pudiese mejorar, se carecen de planes, proyectos y propuestas políticas. Con un oscuro escenario económico. Pero, Argentina tiene un horizonte deseable y posible. Solo hay que tomar decisiones y tener voluntad política para ejecutarlas, como lo viene realizando el presidente actual de El Salvador.

Luis Gotte

La pequeña trinchera

Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022