El término militar hace referencia a la táctica de espionaje empleada contra el enemigo, el objetivo del mismo era confundirlo brindándole, entre otras cosas, información falsa. El Libertador de América la utilizó mientras preparaba al Ejército de Los Andes y fue clave para el éxito del histórico cruce de la cordillera en 1817.

Hablar de la vida de José de San Martín llevaría mucho más que un artículo, hemos crecido con un sinfín de historias sobre el Libertador de América y anécdotas que enaltecen su ya incuestionable figura de prócer no solo de Argentina, también de Latinoamérica. Sus tácticas militares, esas que lo llevaron a la gloria, son de las cualidades más destacadas que valen la pena contar.

José Francisco de San Martín y Matorras nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, Corrientes, hijo de Juan de San Martín y Gregoria Matorras dejó lo que por entonces era el Virreinato del Río de la Plata a la corta edad de 5 años para instalarse con su familia en Cádiz, España. Regresaría 34 años después, en 1812, ya con ideas independentistas y con la convicción de que las tierras que lo vieron nacer rompan cadenas con el país que lo vio crecer.

 

Luego de conseguir la independencia de las Provincias Unidas del Río de La Plata, el 9 de julio de 1816, San Martín se encontraba en Mendoza en busca de seguir avanzando con su obra libertadora. Allí tomó contacto con chilenos que le transmitieron sus problemas políticos que no solo involucraba a los realistas que aún se encontraban gobernando en dichas tierras, además debían lidiar con conflictos internos como la rivalidad entre los hermanos Carrera y O’Higgins.

Bandera del Ejército de los Andes. Actualmente es la bandera de la Provincia de Mendoza

San Martín se trasladó a la provincia andina con el objetivo de preparar al Ejército de Los Andes del que fue nombrado General en Jefe. Se instaló en un campo llamado El Plumerillo donde instruyó a los hombres para el uso de armas y preparándolos para el cruce de los Andes. Fue en medio de esos preparativos que el correntino empleó la estrategia de guerra de zapa con un único objetivo: confundir al enemigo.

La guerra de zapa, llamada así por ser un sinónimo de «guerra de nervios» como alguna vez el médico Ramón Carrillo la definió, se basaba en emitir proclamas, noticias y rumores por intermedio de agentes infiltrados en Chile con el objetivo de captar adeptos de la revolución libertadora en especial oficiales del ejército realista. Para ese entonces la preparación para el cruce de los Andes estaba en su punto culmine y San Martín había dado la orden de que a Chile llegara la información falsa de que cruzaría por varios pasos para sorprender a los realistas y así las fuerzas se dividieran y los esperaran en distintos puntos.

El chileno Manuel Javier Rodríguez Erdoíza, encargado de llevarla a cabo

Pedro Aldunate y Toro, Santiago Bueras,​ Diego Guzmán, Ramón Picarte, Miguel Ureta, Pedro Alcántara, Juan Pablo Ramírez, Domingo Pérez y Antonio Merino fueron algunos de los hombres que cumplieron esta tarea. San Martín hizo mención a esta táctica a su mano derecha, Tomás Guido, en una carta fechada el 1 de noviembre de 1816: «La guerra de zapa que les hago es terrible; ya los tengo metidos en sus cuerpos a ocho desertores, entre ellos dos sargentos, gente de toda mi confianza, que han ido en clase de tales. Esto me ha costado indecible trabajo, pues ha sido preciso separar toda sospecha de intervención mía en el particular para ocultar ese paso».

El Ejército cruzó la cordillera entre el 9 de enero y 8 de febrero de 1817, utilizaron seis Pasos: Paso de Come Caballos en La Rioja, Pasos de Guana y Los Patos en San Juan, Pasos de Uspallata, el Portillo y Planchón en Mendoza. El grupo mayoritario pasó por Los Patos y de Uspallata, el resto fueron tropas más pequeñas en diferentes direcciones con el objetivo de alertar y desconcertar al enemigo.

Monumento que recuerda el emplazamiento del campamento de El Plumerillo, en Mendoza.

La dispersión de las fuerzas realistas, a causa de la táctica para confundirlos, sumado al malestar de varios hombres por estar mal pagos y sin ver cumplidas las promesas por servir a la causa realista, ayudaron a que se debiliten cada vez más ante la llegada de San Martín y su tropa. Los ejércitos se vieron las caras el 12 de febrero de 1817 en la batalla de Chacabuco, allí los españoles fueron derrotados en un combate decisivo en la historia chilena para que el 5 de abril de 1818, fecha de la Batalla de Maipú, el país trasandino consolide su independencia.

Los generales José de San Martín (izquierda) y Bernardo O’Higgins cruzan los Andes.

El triunfo político y militar en Chile continuaría en la campaña del Perú hasta su retiro definitivo y exilio a Francia en 1824. La guerra de zapa fue determinante en la historia de la independencia latinoamericana, pero además supuso un antes y después en la historia militar. Muchas de las tácticas empleadas por San Martín han sido estudiadas en todo el mundo y puestas en prácticas años después.

Por Yasmin Ali

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