La elección de Francisco y las alusiones al ascenso del “Papa Peronista” otorgaron singular interés a los antiguos y conocidos vínculos entre el cardenal Jorge Mario Bergoglio y el peronismo, pero obligaron también a poner el foco en un asunto que es todavía más relevante: la relación entre el peronismo y la doctrina social de la Iglesia. El hecho de que en la década del 70 el padre Bergoglio se haya sentido atraído por el peronismo y por la figura de su líder sería inexplicable si no fuera por un dato que Perón destacó siempre: la doctrina justicialista estuvo  emparentada con esa doctrina social, emanada de las encíclicas papales, aunque dicha identificación jamás impregnó a su movimiento de tintes confesionales.

El periodista y vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico y cofundador del centro de reflexión para la acción política Segundo Centenario, Pascual Albanese, grafica en texto una opinión valorable para estos días, recordando que en abril del 1974, en un discurso en el Teatro Cervantes, Perón dijo: “No pensamos que las doctrinas sean permanentes, porque lo único permanente es la evolución y las doctrinas no son sino una envoltura para cabalgar esa evolución, sin caernos”.