por Fabrizio Manrrique:

Luego de las elecciones presidenciales del año pasado y ante la pérdida del triple eje de poder (Poder Ejecutivo, Provincia de Buenos Aires y Capital Federal), el Frente para la Victoria comienza a mostrar sus divisiones internas, lo que evidencia cada vez más la disminución de su núcleo de representatividad.

El estado actual de este espacio político, que en algún momento supo encarnar lo que Giovanni Sartori denominó “partido predominante” (aunque está claro que no se trata de un mero “partido político” sino de un espacio compartido por varios) con claras mayorías en el poder legislativo, con gobiernos provinciales que anclaban las elecciones con la elección general y superaban en varios casos el 60% de los votos, deja a las claras una fotografía de tres anillos enlazados por su identificación justicialista, pero cada vez más distantes el uno del otro. El centro de este esquema político lo ocupa el núcleo duro del kirchnerismo, coherente con su propia prédica y con una conducta legislativa coordinada y subordinada a su espacio. Un segundo anillo, está ocupado por quienes pertenecieron durante los doce años de gobierno al mismo frente, pero que a partir de la elección perdida en 2015 decidieron abrirse en busca de nuevos horizontes políticos y evidencian un discurso “renovador”, con la intención de diferenciarse de su espacio de pertenencia y dejar el pasado atrás. Es el claro caso del Gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y el del Ex titular de Anses, Diego Bossio. Un tercer anillo, y que puede ser determinante en la subsistencia del Frente Para La Victoria como tal, es la “liga de gobernadores” identificados con el Gobierno de Cristina Fernández, pero que de a poco y frente al nuevo mapa político que comienza a dilucidarse de cara a las elecciones del PJ y las elecciones legislativas del 2017, parecieran lentamente irse diferenciando del FPV.

Obsérvese el estado del FPV en la cámara de diputados después de las elecciones del 2015: estaban en juego 87 bancas, de las cuáles mantuvo 61, es decir, perdió 26 diputados. Sumando a sus aliados, el espacio político podía reconocer 117 bancas. El punto de inflexión fue, sin dudas, la votación por el pago a los Fondos Buitres: seis diputados del FPV decidieron votar a favor y en línea con el Frente Cambiemos. Uno de ellos, Maurice Closs, obtuvo en el período 2007-2015 dos gestiones como gobernador de la Provincia de Misiones anclando la elección con los candidatos del FPV al nivel nacional. Mientras tanto, varios gobernadores, entre ellos Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Gustavo Bordet (Entre Ríos) ya anticiparon que darán el visto bueno al acuerdo en la Cámara de Senadores. En una reunión con el Ministro del Interior, Juan Manzur (gobernador de Tucumán), respaldo la gestión de Mauricio Macri.

¿Qué pasará con el FPV en las elecciones del PJ el próximo 8 de mayo? Algunos integrantes que pertenecen a esa facción admitieron que José Luis Gioja no encarna todas las demandas de ese espacio político, con lo cual, probablemente presentarían una lista propia encabezada por Scioli y/o Capitanich. El partido Justicialista tiene poder, y el partido acciona de acuerdo a la lógica del poder. El FPV es una facción del partido que en algún momento supo encarnar el plexo de criterios del justicialismo y que lo llevaron a ser la cabeza de un entramado organizacional que obtuvo el poder, pero lo perdió. Cuando el Pro y la Coalición Cívica decidieron unirse como frente electoral y frente de gobierno, el FPV derrotado podía contemplarse como una alternativa o un competidor claro en las elecciones en Capital Federal , ya que los últimos dos competidores (Horacio Rodriguez Larreta y Martin Lousteau) pertenecen ahora al mismo frente de gobierno. ¿Está en condiciones el FPV de encarnar una alternativa de cara a la elección metropolitana?¿Cuántas de las 13 provincias que había ganado el Kirchnerismo responden hoy de forma subordinada? Estamos ante el deshielo político del FPV.