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Emma, es no vidente y necesitaba una máquina Perkins para poder desarrollarse con más naturalidad y seguir aprendiendo. Hoy su familia, nos da la feliz noticia, que en unos días se hace posible el tener la máquina en su casa, para que ella, pueda vivir mejor.

En un reportaje exclusivo con El Nacional de Matanza, Alejandra su mamá, nos informó que:

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Emma, nació con 32 semanas por cesárea, ya que Alejandra, tuvo problemas de presión alta durante el último período de embarazo. Al principio Emma, tuvo algunos inconvenientes pulmonares por haber nacido antes de tiempo y lo superó. Ya desde el primer día de vida, fue fuerte y supo superar cada obstáculo.

El oxígeno, hizo que Emma perdiera la vista, ya que se le quemó y arrugó la retina de sus ojos, a la fecha, no existe operación alguna para que pueda llegar a ver.

A los poquitos meses de vida, se comprobó que no veía y comenzaron de inmediato la estimulación temprana, terapia que realizó hasta los tres años, lo cual hizo que hoy, lleve una vida prácticamente normal.

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Hoy Emma, tiene siete años recién cumplidos y pasó a segundo grado. Asiste de lunes a viernes durante todo el año a una escuela normal en San Justo y dos veces a la semana a una escuela especial en Villa Constructora, donde aprendió a leer y escribir en Braille, también hace cuentas y es una excelente alumna.

Alejandra su mamá, nos cuenta que: “Al principio fue muy duro y difícil para mi marido y para mí, pensar que Emma no podía ver. Mi hijo en esa época tenía cuatro años y recuerdo que me preguntaba si Emma no iba a poder ver los colores. Yo le respondía que en realidad, no iba a poder ver nada, pero si, podía “sentir”, “tocar”, “hablar” y muchas cosas más.

“Emma es una genia”, nos dice Alejandra. “Es una nena muy independiente y se supera a diario. Hasta se cambia sola”.

“Los médicos nos decían que no iba a poder caminar hasta los tres años por un problema de orientación por ejemplo, y sin embargo, comenzó a caminar al año y medio, y comenzó a hablar a temprana edad, también”, recordó emocionada Alejandra.

Alejandra, destaca y agradece la atención especial que le brinda la Dra. Cristina Yoca a Emma en el hospital de Morón, la cual tiene un gran equipo de trabajo y fue quien le enseño con pautas claras a dejarla ser…

Cuando le preguntamos a Alejandra como es la vida diaria de Emma, nos respondió que: “Emma, es una nena feliz. La comunicación con ella es directa e imprescindible. Habla de todo, utiliza un vocabulario muy amplio y le encanta cantar y bailar. Pasa muchas horas frente a la tele, porque es fanática de Disney Junior, especialmente de Topa. Emma sueña con conocerlo y abrazarlo fuerte. Su música, la hace muy feliz”.

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“En casa no sobreprotegemos a Emma. La dejamos ser. La dejamos desenvolverse del mejor modo posible. Desde muy chiquita que tiene una voluntad maravillosa de superarse a diario”, agregó Alejandra.

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Te voy a contar una anécdota dijo Alejandra: “Siempre nos sentamos con las películas de princesas y yo le describo el vestido, el paisaje y hasta las mariposas. Emma ama las mariposas. En una oportunidad, había una adentro de casa (pero muerta) y se puso muy triste, porque no sentía que se mueva, al tocarla. A los pocos días, aparece una en el patio de casa y fue como un milagro. La pequeña mariposa, se posó  unos diez minutos en el dedo de Emma. Pudo tocarla, sentirla, hablarle, se maravilló  y le sonreía de la felicidad que pudo sentir. Son pequeños gestos de la vida, que te dan fuerzas para seguir adelante y comprobar a diario que ella es una nena feliz”.

“Hoy estamos más felices que siempre”, nos dijo Alejandra. Gracias a la gran repercusión que tuvo en las redes sociales la búsqueda de reunir el dinero para la máquina Perkins y la gran colaboración especial de Juan Carr (responsable de acción solidaria), que a pesar que se encontraba de vacaciones, nos ayudó mucho, si Dios quiere, la semana próxima, ya contamos con ir a retirar la máquina que se importa de EEUU y está disponible sólo en tres lugares en Buenos Aires”, resaltó Alejandra.

“No me alcanzan las palabras para agradecer tanta solidaridad de la gente que se nos fue cruzando en el camino. Mi marido hace poco se  quedó sin trabajo y no podíamos costear los gastos de la máquina. Y en menos de una semana, pudimos cumplir el objetivo de lograrlo. Esto me da fuerzas, porque siento que recién comienza y sueño con tener una fundación para ayudar a los chicos que padecen el mismo inconveniente de Emma, ya que acá en La Matanza, tenemos una sola escuela para chicos ciegos”, concluyó Alejandra, una joven madre que desde el primer día, es una leona y pudo aprender a llenarse de paciencia, amor y fuerzas, que sólo las sonrisas de Emma, saben brindarle.

¡A días de cumplir el milagro para Emma!