Opinión | Por Sebastián Bandera Vila, vecino de Ciudad Evita
La creciente ola de robos al voleo que atraviesa Ciudad Evita mantiene en vilo a todos los vecinos. Durante las últimas semanas, la inseguridad volvió a golpear con fuerza y, pese a los reclamos y las promesas de mayor presencia policial, la situación no cambió mucho.
La semana pasada, tras un violento episodio, un grupo de vecinos fuimos recibidos por las autoridades policiales. Allí se acordó reforzar los operativos y patrullajes en distintos sectores de la ciudad. Sin embargo, los hechos ocurridos este fin de semana demuestran que las medidas resultaron insuficientes.
En la zona de COTEVÍ una familia sufrió el robo de su camioneta a manos de delincuentes armados. El vehículo finalmente apareció en un barrio cercano.
Con pocas horas de diferencia, en El Esporal y El Hornero, también cuatro individuos armados que circulaban en un Peugeot 208 blanco sin patente intentaron cometer otro asalto.
A esto se suma el violento robo ocurrido en El Molle y La Palomera, donde delincuentes armados le sustrajeron el auto a un vecino y efectuaron al menos nueve disparos en plena vía pública.
Estos episodios, todos ocurridos en apenas horas, reflejan una preocupante secuencia de asaltos al voleo.
Como vecino, no puedo dejar de expresar mi preocupación y la de tantos otros que ya no se sienten seguros ni para salir de sus casas ni para transitar el barrio.