En el extenso partido de La Matanza, conocido por ser el más poblado de la provincia de Buenos Aires y parte fundamental del área metropolitana, existe una localidad que sorprende por su calma y su espíritu de pueblo bonaerense. Se trata de un pequeño rincón ubicado a unos 35 kilómetros al suroeste de la Ciudad de Buenos Aires, donde viven menos de 850 habitantes y cuya vida cotidiana transcurre lejos del ritmo acelerado del conurbano.
Esta localidad limita con Pontevedra, perteneciente al partido de Merlo, y con dos reconocidas zonas del mismo distrito matancero. Su ubicación privilegiada, rodeada de vegetación, calles de tierra y sectores asfaltados, la convierte en un espacio ideal para casas de fin de semana y actividades al aire libre.

Uno de sus principales atractivos es su antigua estación ferroviaria, construida a principios del siglo XX por una compañía de trenes francesa que operaba en la provincia. Este edificio histórico, que parece sacado de un cuento, fue durante décadas un punto clave para la economía local, especialmente por el envío de leche y productos derivados hacia la Capital Federal. El cierre de la línea ferroviaria marcó un fuerte impacto en la actividad del lugar, pero la construcción se mantiene como símbolo de identidad.
El centro de la localidad se organiza alrededor de una plaza arbolada con bancos bajo ejemplares centenarios, donde vecinos y visitantes disfrutan de la tranquilidad, charlas y eventos culturales que se realizan durante el año. En los alrededores se extienden casas quintas y terrenos amplios, especialmente sobre la calle principal, donde también se conectan accesos con la autopista Juan Domingo Perón.
Para quienes disfrutan de la naturaleza, la zona ofrece senderos y caminos que atraviesan campos y bosques. El Parque Natural local permite recorrer áreas donde se conserva flora y fauna autóctona, convirtiéndose en una opción ideal para caminatas y exploración.

Según datos oficiales, la superficie alcanza poco más de 14 kilómetros cuadrados, representando alrededor del 4% del territorio total del partido, con una densidad de población muy baja en comparación con el resto del distrito.
La gastronomía también tiene su espacio destacado. Entre sus propuestas se encuentra un local muy conocido por los visitantes, ubicado sobre una de las calles principales, donde se ofrecen platos regionales y parrilla libre a un precio accesible, siendo reconocido especialmente por sus milanesas.
Este pequeño enclave, casi oculto dentro del partido más poblado de la provincia, conserva el encanto de los pueblos tradicionales: tranquilidad, historia y naturaleza, convirtiéndose en un oasis para quienes buscan desconectarse sin alejarse demasiado de la ciudad.
Fuente: Canal 26