Durante la cumbre del Mercosur celebrada en Buenos Aires, el presidente argentino Javier Milei lanzó fuertes críticas al bloque regional en el marco del traspaso de la presidencia pro tempore a Brasil, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva. La jornada, cargada de tensión política, dejó expuestas las profundas diferencias ideológicas entre ambos mandatarios y puso en duda el futuro de la participación argentina en el proceso de integración regional.
En su discurso, Milei sostuvo que el Mercosur no ha cumplido con los objetivos que justificaron su creación, y advirtió que su gobierno avanzará «acompañado o solo» en la dirección de una mayor apertura económica. “De mercado y de común, le quedó cada vez menos”, señaló, calificando al bloque como una «cortina de hierro» que limita las libertades económicas de los países miembros. A su vez, instó a flexibilizar las condiciones que unen a los socios del bloque y pidió adoptar reformas pro-mercado como parte de la agenda regional.
El presidente argentino hizo un repaso de los avances durante el semestre de presidencia argentina, destacando la ampliación de excepciones al arancel externo común, el acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio y los avances en las negociaciones comerciales con Emiratos Árabes Unidos, la India e Israel. Además, propuso la creación de una Agencia del Mercosur contra el delito organizado transnacional, iniciativa que encontró eco en su par brasileño.
Acompañado por funcionarios como Karina Milei, Manuel Adorni, Patricia Bullrich y Luis Caputo, el mandatario enfatizó su visión de un bloque comercial más liberal, remarcando: “Debemos dejar de pensar al Mercosur como un escudo que nos protege del mundo y comenzar a pensarlo como una lanza que nos permita penetrar en los mercados globales”.
Por su parte, Lula da Silva respondió con un enfoque conciliador pero firme en defensa de la integración regional. “Para Brasil, el Mercosur es un refugio seguro en tiempos de inestabilidad global”, afirmó. En su exposición, delineó los cinco ejes de su presidencia: el fortalecimiento del comercio intra y extra regional, el combate al cambio climático, el desarrollo tecnológico con inclusión regional, la lucha contra el crimen organizado y la promoción de los derechos ciudadanos.
El líder brasileño también criticó el negacionismo climático, al señalar que “la realidad avanza más rápido que el Acuerdo de París, dejando al descubierto la falacia de la negación climática”, en una clara referencia a la postura del presidente argentino. Asimismo, propuso avanzar en las negociaciones con Asia y los BRICS, organismo del cual Argentina decidió no formar parte.
Tras los discursos, no se concretó ninguna reunión bilateral entre Milei y Lula. En cambio, el presidente brasileño visitó a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, mientras que Milei mantuvo encuentros con los presidentes de Uruguay y Panamá.
La cumbre concluyó con posturas contrastantes que anticipan una etapa de posibles tensiones en el seno del Mercosur. Mientras Milei amenaza con alejarse del bloque si no se adoptan sus reformas, Lula apuesta por una integración sólida, equilibrada y con enfoque social.