El revés electoral que sufrió la Unión Cívica Radical en las elecciones porteñas del último domingo trajo consigo una sacudida interna con consecuencias inmediatas. La agrupación no logró asegurar ninguna banca en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, lo que profundizó las tensiones dentro del partido centenario. Como resultado, Gastón Manes presentó su renuncia como presidente de la Convención Nacional del radicalismo, haciendo pública una dura crítica hacia la conducción y el rumbo que ha tomado la fuerza política.
En su carta de dimisión, dirigida a Martín Lousteau, Gastón expresó su malestar ante la pérdida de cohesión doctrinaria y la transformación de la UCR en una “confederación de posturas provinciales”, lo cual, según él, diluye los valores históricos del partido. Pero su salida no será en soledad: su hermano, el diputado nacional Facundo Manes, también decidió dar un paso al costado.
Facundo justificó su alejamiento con una frase que resume su postura: “Soy fiel a mis principios, no a los cargos”. Con esta definición, marcó distancia del presente institucional del radicalismo y dejó entrever su disconformidad con la estrategia adoptada por la conducción nacional.
Ambos hermanos ya tienen definido su próximo paso: convocarán a construir una nueva alternativa política, con el objetivo de competir tanto en las elecciones provinciales bonaerenses como en las legislativas nacionales previstas para octubre. El alejamiento de los Manes marca un punto de inflexión en el presente del radicalismo y abre interrogantes sobre el futuro del partido en un escenario político en constante reconfiguración.