El gobierno nacional atraviesa un momento de creciente tensión en el ámbito político y económico. La inflación continúa golpeando el bolsillo de los ciudadanos, mientras que los intentos por desviar la atención hacia otros frentes no logran los resultados esperados. El intento de impulsar la ley de Ficha Limpia en el Congreso no solo generó una fuerte resistencia dentro de la oposición, sino que también dejó en evidencia las contradicciones del oficialismo. La estrategia de utilizar este proyecto para debilitar a la expresidenta Cristina Kirchner terminó volviéndose en su contra, ya que el debate se centró en las denuncias de corrupción que pesan sobre figuras del propio gobierno y la oposición.
El contexto no es favorable para el oficialismo. La crisis económica persiste, con el aumento de precios en alimentos básicos como la carne y el cierre de industrias que golpea el empleo. A esto se suma la creciente insatisfacción social, evidenciada en protestas y movilizaciones en distintos puntos del país. La imagen presidencial, que ya venía en caída, sufrió un nuevo golpe tras el discurso en el Foro de Davos, donde el mandatario buscó posicionarse en el ámbito internacional, pero terminó cosechando un fuerte repudio.
El manejo de la inseguridad también se convirtió en un obstáculo para el gobierno. Mientras se intentaba instalar el tema en la provincia de Buenos Aires para atacar la gestión de Axel Kicillof, se registraron fugas de presos en comisarías porteñas, el recrudecimiento de la violencia narco en Rosario y un conflicto con los gendarmes. Paradójicamente, la provincia bonaerense terminó con indicadores de homicidios más bajos que el promedio nacional, lo que contrastó con la narrativa oficialista.
Por otro lado, la falta de respuesta ante los incendios que devastaron miles de hectáreas generó indignación. Mientras las llamas avanzaban sin control, el gobierno demoraba medidas concretas, lo que alimentó aún más el descontento.
El panorama es complejo para el oficialismo. La combinación de crisis económica, inseguridad y conflictos políticos deja un escenario de alta incertidumbre de cara a las elecciones. La estrategia de polarización y desgaste de la oposición parece no estar dando los resultados esperados, mientras la sociedad sigue padeciendo las consecuencias de un gobierno sin respuestas claras.