La compañía multinacional Coca-Cola enfrenta un grave desafío comercial en Europa después de anunciar el retiro masivo de varios de sus productos debido a la contaminación con clorato, una sustancia química potencialmente peligrosa para la salud humana. El retiro afecta principalmente a botellas de vidrio retornables y latas de marcas populares como Coca-Cola, Sprite, Fanta, Fuze Tea, Minute Maid, Nalu, Royal Bliss y Trópico, que fueron distribuidos en varios países europeos desde el mes de noviembre. Entre los países afectados se encuentran Bélgica, Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Francia y Luxemburgo.
La contaminación fue detectada en una planta de tratamiento de agua en Gante, Bélgica, lo que motivó a la empresa a realizar la retirada preventiva de estos productos del mercado. Las autoridades de Coca-Cola instaron a los consumidores a no consumir los productos contaminados y a devolverlos al punto de venta para obtener un reembolso completo. El clorato es una sustancia química que, en niveles elevados, puede representar un riesgo para la salud, lo que obligó a la compañía a actuar con rapidez para evitar posibles daños.
Este incidente no es el primero que enfrenta la multinacional en cuanto a problemas de calidad en sus productos. El año pasado, la empresa retiró más de 26 millones de botellas en Austria debido a la posible presencia de pequeños trozos de metal en algunas botellas de PET, lo que también generó inquietud sobre la seguridad de sus productos. En ese momento, Coca-Cola recomendó no consumir los productos afectados por un posible riesgo para la salud.
En noviembre de 2023, las autoridades de Croacia también ordenaron la retirada de varias líneas de gaseosas de Coca-Cola, tras reportes de intoxicaciones en consumidores que experimentaron «heridas causadas por elementos químicos sospechosos» luego de beber refrescos. Aunque los primeros análisis no mostraron irregularidades, la empresa optó por retirar temporalmente los productos como medida de precaución para garantizar la seguridad de los consumidores.
La situación plantea un serio reto para la imagen de Coca-Cola en Europa, y la empresa se encuentra trabajando para resolver la crisis lo antes posible.