El domingo por la noche falleció Pablo Vasco, un destacado dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y referente de la coalición Frente de Izquierda Unidad (FIT-U). Su partida fue acompañada de numerosas muestras de reconocimiento por parte de sus compañeros, quienes resaltaron su compromiso inquebrantable con diversas causas sociales y políticas.
Desde muy joven, Vasco se involucró en la lucha por los derechos y la justicia social. A los 15 años comenzó su militancia trotskista y no tardó en convertirse en delegado estudiantil del Colegio Carlos Pellegrini. Durante la dictadura militar, asumió un rol protagónico como dirigente del Centro de Estudiantes de Medicina de la UBA, etapa en la que también trabajó como delegado bancario y metalúrgico.
Su compromiso con la diversidad y los derechos humanos marcó gran parte de su trayectoria. Como varón gay, Vasco fue un referente de la agrupación Libre Diversidad y formó parte de la dirección nacional del MST. Además, desempeñó un importante rol como secretario parlamentario de figuras como Vilma Ripoll, Patricia Walsh, Marcelo Parrilli y Alejandro Bodart en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Su labor abarcó también la defensa de los derechos humanos como coordinador del Centro de Abogades por los Derechos Humanos (CADHU) y miembro activo del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Fue autor y coautor de diversos libros que abordaron temas como el aborto, la diversidad sexual, el feminismo y la lucha por la separación entre la Iglesia y el Estado. Asimismo, codirigió el periódico Alternativa Socialista, desde donde impulsó debates y propuestas orientadas a la transformación social.
Más allá de su faceta pública, Vasco fue también el padre de Matías, el compañero de Jorge y el abuelo de India, roles que desempeñó con el mismo amor y dedicación que caracterizó su vida como militante.