En un hecho que conmocionó a la Ciudad de Buenos Aires en plena víspera de Nochebuena, 17 detenidos lograron escapar de la Alcaldía N°9, ubicada en el barrio porteño de Liniers. Los reclusos, once de ellos argentinos y seis de nacionalidad chilena, perforaron un muro para huir durante la noche, dividiéndose para escapar a pie por la avenida General Paz. Hasta el momento, uno de los prófugos ha sido recapturado.
La fuga se produjo en una dependencia ubicada en la calle Gana al 400, una instalación inaugurada en 2022 y destinada a albergar detenidos de distintas jurisdicciones. Según las autoridades, la mitad de los evadidos residían en la provincia de Buenos Aires, mientras que otros cinco cumplían condenas en dependencias de la Capital Federal.
La Policía de la Ciudad, a cargo del operativo de búsqueda, ha desplegado brigadas especiales y montado un cerrojo en áreas estratégicas. La investigación está siendo liderada por el fiscal porteño Blas Michenzi, quien analizará las circunstancias que permitieron la fuga.
Este escape masivo se suma a una serie de episodios similares ocurridos en los últimos meses, poniendo en el centro de la discusión las condiciones de seguridad en las alcaidías porteñas. En este contexto, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff, destacó recientemente la superpoblación carcelaria, que aumentó en un 35%, pasando de 1.700 a 2.300 personas detenidas. A esto se suma la presencia de 320 condenados en instalaciones que no cuentan con medidas de seguridad adecuadas.
La gestión de Wolff ya había tomado medidas drásticas en respuesta a fugas previas, incluyendo el despido del director de Alcaidías, comisario mayor Adrián Ochoa, y de un asesor de su cartera. “No hay excusas para permitir estas fugas. Seguiremos siendo inflexibles con los funcionarios que no cumplan con su deber”, declaró el ministro.