El influencer Mariano Rosales aprendió desde niño que debía luchar para concretar sus sueños y dejar de lado las preguntas del tipo «¿qué hubiera pasado si…?»

Este joven creció en la localidad de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza, donde vendía calzado, en especial zapatillas, en la calle.

Hoy es influencer, estratega en marketing y comparte en sus redes sociales su experiencia para transformar emprendedores en futuros empresarios, y reparte su vida entre Buenos Aires y Miami.

En su adolescencia fue un chico de barrio que se juntaba con sus pares, muchos de ellos también provenientes de hogares lastimados.

Cuando los conflictos en casa llegaron a un extremo, los padres de Mariano Rosales decidieron separarse. Aunque su mundo se vino abajo, sintió que por fin el torbellino familiar se detendría. Otra realidad, sin embargo, golpeó a su puerta.

A los 16 años debía encontrar trabajo para subsistir en el marco de las nuevas circunstancias. Su primer empleo fue la venta de calzados, por el cual no cobraba lo necesario para subsistir, aunque reconoció que tampoco necesitaba mucho.

El valor de las decisiones

Mariano Rosales recordó que empezó a trabajar desde edad temprana y en la calle, lo que le permitió tratar a las personas. «Todo eso aceleró el proceso de ir forjándome».

Un paso a paso para crecer

Un día llegó agotado a su hogar, miró por la ventana y las lágrimas de frustración comenzaron a caer. Antonella, su mujer, se acercó a él, lo abrazó y le dijo que sabía que iba a lograr sus objetivos.

Pese a esas lágrimas derramadas, su determinación lo empujaba como para no bajar los brazos, así como el apoyo incondicional de su mujer.

Una pasión por las finanzas

«Entendí que era ahí es donde tenía que estar mi empresa, en el mundo donde ahora estaban puestos todos los ojos», señaló.

A medida que Mariano Rosales estudiaba y leía más acerca de las finanzas, la actividad que despertó su pasión entendió que los mayores referentes de ese campo no siempre son los involucrados en el mercado clásico, sino también en la creación de aplicaciones, la participación en las redes sociales y el universo digital.

Quedó fascinado al comprobar lo que podía hacer desde un teléfono móvil o una PC, y comenzó a proyectar un nuevo emprendimiento con miras a adentrarse por aquellos canales.

«A nivel salud la pandemia fue catastrófica, pero para muchos fue un momento donde no quedaba otra que aprender por vía digital y seguir aprendiendo», afirmó.

«Con ello las personas que me siguen pueden ver que soy una persona común y corriente que se animó a emprender. Un pibe común puede crecer e ir tras sus sueños», concluyó.

«El mundo de la digitalización está recién iniciando. Con mi empresa estamos mucho en el metaverso, en el mundo criptográfico, pero estamos impartiendo cursos sobre todo en lo que es aplicaciones. Hay mucho por hacer y mucho por aprender», afirmó.

«No solo en el mercado de los valores, de las divisas, en el mundo financiero, también hay muchas otras cosas en el mundo digital donde uno puede invertir, no solo dinero, sino tiempo de desarrollo», aconsejó.

Fuente IProfesional