La gaseosa Manaos supo abrirse un lugar en el negocio de las bebidas usualmente protagonizado por las multinacionales. Con su latiguillo («¡Vamos Manaos!») que ya se volvió un clásico, sus spots con celebridades y su bajo precio logró comerle mercado a Coca-Cola y Pepsi y se posicionó como una de las marcas más elegidas del país. El hombre detrás del éxito es Orlando Canido, cuya vida e historia es digna de una película.
La familia Canido, conformada por Orlando y sus hermanos Norberto, Omar y Mari, manejó durante más de tres décadas una distribuidora de bebidas en la zona Oeste del Gran Buenos Aires. En un comienzo trasladaban la cerveza Bieckert y los vinos Crespi, pero cuando la primera se vendió empezaron a recorrer las fábricas comprando bebidas de manera directa. Fue así como fueron distribuidores oficiales de la gaseosa Sao por diez años.
Pero en 2003, Orlando, quien llevaba las riendas del negocio, sufrió un accidente y estuvo mucho tiempo internado. En ese tiempo, Sao decidió continuar la distribución por su cuenta y lo dejó afuera del negocio.
Al principio el empresario pensó en mudarse al campo para dedicarse al negocio agropecuario, pero finalmente, a los 49 años, decidió apostar por la industria de bebidas. Para esto vendió 1500 cabezas de ganado de su hacienda y alquiló su terreno, la familia juntó US$ 200.000 y compraron un terreno abandonado en Virrey del Pino, La Matanza, donde montaron la fábrica de Refres Now en 2004.
¿Por qué Manaos?
Canido vio que la marca estaba vacante y sonaba parecido a Sao, que había tenido éxito en los 90, entonces la compró para tratar de replicar esa popularidad. A su vez, lanzó la gaseosa La Bichy inspirado en la Beach, que solía distribuir y los comerciantes la llamaban ‘Bichi’.
«Hacemos un producto económico porque es el precio que vale, no porque a mi no me guste ganar dinero. Simplemente vendemos al precio que corresponde. Nosotros estamos preocupados de la puerta de nuestra fábrica para adentro, no estoy atento a si Coca-Cola está preocupada por nosotros. Se que nos miden, así que alguna preocupación tendrán», aseguró Walter Canido, encargado del día a día de la empresa y sobrino de Orlando.
La planta actualmente tiene 140.000 metros cuadrados y emplea a más de 500 personas. Ahí tienen capacidad para producir unas 40.000 botellas por hora en cada una de sus 15 líneas. En 2016 invirtieron US$ 12 millones para incrementar en un 40 por ciento su capacidad de producción.
Además de Manaos y La Bichy también comercializan las aguas Placer y Villamanaos, el mezcladito de fernecola F-Nandito VII y los jugos Pindapoy. Esta última fue adquirida en 2018 y relanzada al año siguiente con una inversión de 10 millones de euros, sin embargo, con el cierre de escuelas debido a la pandemia no tuvo el éxito que esperaban.
La publicidad unió a un grupo diverso de celebridades como el actor Rodolfo Ranni, el futbolista Martín Palermo, el polista Adolfo Cambiaso y el corredor Juan María Traverso al grito de «¡Vamos Manaos!». Esta frase, nacida de la creatividad de Orlando Canido, se convirtió en un latiguillo y potenció las ventas. Luego vinieron otras producciones que incluyeron al ex astro de River, Enzo Francescoli; el Chaqueño Palavecino y Sol Pérez.
La comunicación digital también incidió. Al igual que Ugi’s y la churrería El Topo apelaron a las redes sociales y los memes para conectar con la gente. Según el estudio de Brand Footprint elaborado por Kantar Worldpanel en 2020, Manaos quedó por segundo año consecutivo en el tercer puesto de las marcas más elegidas por los argentinos, por encima de Arcor e Ilolay en el top 5.
A pesar del éxito, la compañía enfrentó algunos traspiés. En 2018 allanaron la planta, la casa de Canido y otros 14 domicilios por una investigación de la AFIP por «desvíos financieros e inconsistencias impositivas» por más de $ 900 millones. Un año después, en diciembre de 2019, la ANMAT ordenó retirar del mercado tres lotes de la gaseosa. A esto se le sumó una cuestión de salud: al empresario le detectaron ocho tumores en el corazón, tres en el pulmón, cinco en el hígado y dos en el cerebro. Le dieron tres meses de vida, pero se recuperó y hoy sigue al mando de la firma.
Actualmente, Manaos exporta a Uruguay, Puerto Rico y Panamá, no obstante su gran objetivo está en Brasil. Para esto, aseguran, planean instalar una nueva fábrica en una provincia más cercana al gran país sudamericano. Si Manaos funcionó en Argentina, ahí, creen, no puede fallar.
Fuente El Cronista