Tres hombres armados entraron a una casa de Rafael Castillo y amenazaron a apunta de pistola a una mujer y a su hija, que habían recibido un millón de pesos de un seguro de vida. Con el dinero y otros objetos de valor, los delincuentes escaparon por las calles del barrio a los tiros.

Cámaras de seguridad particulares registraron la llegada y la huida de los delincuentes. En las imágenes se los ve corriendo y disparando a los vecinos hasta que se suben a un auto y escapan a toda velocidad.

Vanina y Sandra, madre e hija, víctimas del asalto, dieron su testimonio y contaron que los ladrones conocían sus movimientos y tenían datos de su familia. “Estábamos tranquilas, sentimos el bullicio de los perros pero como por acá siempre pasan varios carros la verdad que no le di importancia. Estaba sentada mirando la tele con mi hija y siento que abren la puerta. Eran tres tipos armados, todos tapados”, contó Vanina.

“Lo único que me decían era ‘quedate quieta, a vos te batieron’. En ese momento, la agarran entre dos en la cama y le ponen el revólver en la cabeza. A mí me llevan para el comedor y me dicen: “Entrégame los dólares”. Se las di para que se tranquilicen. Fui lo más pacífica posible porque tenía a mí hija con los tipos en la pieza”, agregó y contó que los delincuentes tenían información sobre sus nietos.

“Tomé la decisión de irme de acá, tengo terror”, señaló al borde de las lágrimas. “Me dijeron que me iban a matar y yo les respondí que me maten, que ya había perdido todo”, añadió.

“Fue como un manoseo. Yo me asusté, solamente me sacaron el celular y me pegaron en la cabeza con el arma pero no me llegaron a lastimar. Yo estaba muy nerviosa, lloraba y me temblaba todo el cuerpo. Estaba preocupada porque no la veía a mí mamá, pero después nos pusieron en la misma habitación y estuve más tranquila”, relató Sandra.

“Me siento indefensa también por cómo actuaron las autoridades. De la fiscalía no me llamaron más. No se molestaron en mostrar cámaras”, remarcó la más grande de las mujeres.