Alberto Fernández usó una expresión en latín para frenar el aumento de combustibles. “Sine die”, le dijo en su llamado telefónico al presidente de YPF, su amigo Guillermo Nielsen, para dejar sin efecto la suba del 5% “por tiempo indeterminado”, según la traducción del término que utilizó varias veces en la tarde de ayer.

Se esperaba que esta primera suba fuera una clara señal a los inversores en Vaca Muerta que su política no será la del congelamiento sino todo lo contrario: la idea es ir convergiendo gradualmente a valores internacionales.

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