Amplia difusión tuvo en los medios y redes sociales la noticia de que 18 militares serán indagados por torturar a soldados en la Guerra de Malvinas, y sus nombres han sido sometidos al escarnio público.

Dos tribunales superiores -la Cámara de Casación Penal y la Corte Suprema se expidieron con claridad sobre que estos eventuales delitos investigados no existieron, y yendo aún más lejos, Casación afirmó que, de haber ocurrido, no hubieran constituido crímenes de lesa humanidad, por lo que hubieran prescripto. A pesar de ello, un fiscal, el doctor Rapoport, volvió a la carga y solicitó al juez subrogante Calvete, en Río Grande, la detención e indagatoria de los oficiales y suboficiales del Regimiento de Infantería 5, finalmente decidida. Muchas veces nos sorprende que los argentinos seamos tan proclives a creer en relatos y mitos. Últimamente el caso Maldonado nos llenó de asombro cuando finalmente se conoció la verdad de la mano de 55 peritos. La desaparición forzada era una mentira, detrás de la cual hubo una trama oscura de política e indemnizaciones, al existir en nuestra sociedad un sector que, de una u otra manera, quiere imponer un relato que lo victimice, para obtener algún beneficio. El relato, en el caso de la Guerra de Malvinas, ha ido bastante más lejos y exige aceptar que los militares fuimos a la guerra no a enfrentarnos contra los ingleses por la soberanía de las islas, sino a torturar a nuestros soldados, previa planificación y acuerdo para hacerlo.

Esto llevaría a pensar que los ingleses rescataron a los conscriptos argentinos, que eran víctimas de una banda criminal.
La verdad es que los soldados británicos, contra los que combatimos, destacan la Guerra de Malvinas como una contienda caballeresca en la que el derecho humanitario internacional fue respetado por ambos ejércitos, como pocas veces se tiene registro.
La acusación de marras, en cambio -abominable-, es negada y desmentida por la abrumadora mayoría de nuestros valerosos soldados, orgullosos de su propio coraje en Malvinas, y es solo sostenida por un ínfimo y aislado grupo de activistas.
Detrás de esta denuncia están, una vez más, objetivos de poder político, protagonismo y búsqueda de indemnizaciones por parte de personajes que, más temprano que tarde, pagarán por sus crímenes ante la Justicia, inexorablemente.

José Martiniano Duarte
Coronel (R), veterano de la Guerra de Malvinas
DNI 8.604.927

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