Argentina: “Estamos próximos a la visita del Papa”

El regreso del Papa a su tierra natal parece una obsesión cotidiana de buena parte de los argentinos. De los medios de comunicación, sobre todo. En cada oportunidad que tienen, los periodistas preguntan a obispos y miembros del gobierno cuándo se concretará este ansiado viaje apostólico. Y cada vez que se anuncia una nueva gira de Francisco, no faltan los titulares que destacan la elección de otro país, y no el propio, como destino papal. Este lunes tocó al cardenal arzobispo de Buenos Aires salir al cruce y dar una respuesta de ribetes significativos.

La ocasión fue la conferencia de prensa para presentar la próxima peregrinación juvenil al santuario de Nuestra Señora de Luján. Un clásico, que Bergoglio valoraba especialmente como manifestación del sentir religioso nacional. La edición de este 2017 está prevista para el próximo fin de semana, los días 30 de septiembre y 1 de octubre.

En la sede del arzobispado de la capital argentina, Poli dio algunos detalles de la marcha y prefirió encarar con humor la pregunta esperada sobre el viaje. “La Santísima Trinidad es el gran misterio de la Iglesia, el otro misterio es cuándo viene el Papa”, dijo, arrancando una sonrisa a los comunicadores presentes.

Entonces recordó que los obispos argentinos invitaron al pontífice no una o dos, sino cinco veces. Algunas por carta y otras personalmente. La última ocasión en octubre de 2016, cuando la directiva de la Conferencia Episcopal fue recibida en una audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano. El encuentro tuvo lugar en el marco de la ceremonia de canonización del José Gabriel Brochero, el santo cura gaucho, que tuvo lugar el 16 de ese mes en la Plaza de San Pedro.

Participaron de aquella reunión el presidente del episcopado y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo; los vicepresidentes Poli y Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta además de Carlos Malfa, obispo de Chascomús y secretario general. La cita duro unos 30 minutos, un tanto escasos si se toma en cuenta que era la primera vez que la directiva estaba a solas con el líder católico. Algo que podría explicarse considerando que Bergoglio sigue cotidianamente los asuntos de la Iglesia argentina.

Su sucesor al frente de la Arquidiócesis de Buenos Aires reveló ahora un detalle de ese diálogo. “Le dijimos: anda pensando cuándo vas a venir, porque la gente va a pensar que ya no nos querés. Ya no tenemos argumentos. Y él nos contestó: ¿Y ustedes no creen que yo quiero ir?”, contó Poli.

“El Papa ha elegido periferias y está a la vista dónde se ha metido: En África, en Turquía, donde los católicos son la minoría absoluta. Él piensa ir a China, a Rusia y va a los lugares también donde él y la Secretaria de Estado juzgan que tiene que ir. Creo que estamos próximos a esta visita y esta tensión, me parece que va a terminar bien, eso pienso”, remató.

Una convicción que suena a expresión de deseo. Y que se sumó a otros deseos que se multiplican. Algo similar había dicho Arancedo algunos días atrás, tras su regreso de Colombia donde participó en la visita apostólica del 6 al 11 de septiembre. Tras hablar con Francisco, se animó a confiar que la llegada “está cerca”.

“No hay una agenda preparada, pero yo me animaría a decir que está cerca. Dios quiera que sea el próximo año. Él quiere venir, pero el momento forma parte de su silencio y hay que respetarlo. Tiene una agenda muy cargada internacionalmente. Tal vez por ser tan cercano tenga esa libertad de decirnos ¡espérenme!”, reveló al programa “Caminos de encuentro” de Radio María.

Las especulaciones sobre las palabras y los silencios del Papa son permanentes en Argentina, un país atravesado por una profunda polarización política e ideológica que no ha respetado ni a Francisco. De ahí que, en la prensa nacional, cuente con exacerbados críticos. Muchos de ellos utilizan su aún no concretado viaje para cuestionarlo.

Si a la distancia las palabras de Bergoglio son malinterpretadas y usadas en su contra, no es difícil imaginar lo que podría ocurrir con su aterrizaje en su territorio natal. Así, tampoco resulta descabellado pensar que su presencia podría ser instrumentalizada para polarizar aún más una sociedad enfrentada y dividida.

Algo de eso advirtió el rector de la Universidad Católica Argentina y hombre cercano a Francisco, Víctor Fernández, en una reciente entrevista al diario “La Voz del Interior”. “Es que algunas de las cosas que él dice, algunas de sus preocupaciones, son malinterpretadas. Argentina está pasando por un momento de excesiva polarización y crispación, y se teme que su presencia pueda ser utilizada para exacerbar aún más esta división”, dijo.

En honor a la verdad, el Papa nunca descartó un eventual viaje a su país. Él está orgulloso de ser argentino y viaja por el mundo con el pasaporte de su nacionalidad, no con el diplomático vaticano. Pero ante las constantes filtraciones de prensa, él mismo se ha visto en la necesidad de ir desmintiendo informaciones falsas sobre hipotéticas fechas y actividades.

Así, cuando en marzo pasado un portal de noticias argentino anticipó que la visita sería entre marzo y abril de 2018, hizo saber a personas cercanas aún no estaba en agenda. Hasta hace apenas unos días, todavía algunos periodistas daban por buenas las fechas ubicadas entre el 18 y el 28 de marzo próximos, afirmando incluso la posibilidad de que la Misa del Domingo de Ramos se lleve a cabo en Buenos Aires. Pero esa opción no tiene sustento.

Cualquier visita prevista para la primera mitad del año debería ser anunciada en breve. Según el protocolo vaticano, un viaje apostólico suele ser anunciado con seis meses de anticipación. Pero en Roma no parece haber ambiente de anuncios inminentes. Incluso, durante el apenas pasado vuelo papal a Colombia, el propio pontífice confesó a algunos periodistas que sobre la gira argentina “no hay fecha”. Así, la ventana posible para la convicción de los obispos se inclina hacia la segunda mitad del 2018.

Por lo pronto, mediante diversos canales el Papa ha querido mandar un mensaje claro a sus compatriotas: Un ambiente de mayor convivencia social, de concordia y pacificación, aumentaría exponencialmente las chances de ver de regreso al vicario de Cristo. Se trata de una indicación válida para todos los sectores sociales, desde el gobierno hasta la oposición, de los sindicatos a los empresarios, de los estudiantes a la Iglesia, los medios, las universidades y un largo etcétera. Se trata de cultivar un terreno fértil para que el mensaje de Francisco de sus frutos. Es una oportunidad histórica que, en última instancia, depende de los argentinos. Todos.

Fuente

Etiquetas: ,