Un análisis crítico del economista Juan Carlos Vacarezza sobre el rumbo financiero, la presión sobre los precios y el impacto social que atraviesa el país.
Mientras el Gobierno nacional celebra índices inflacionarios que se acercan al 2% mensual, las familias continúan experimentando fuertes aumentos en bienes esenciales y servicios básicos. En este contexto, el economista Juan Carlos Vacarezza —presidente del Comité Ejecutivo de la Fundación Buenos Aires XXI y ex vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora— trazó un panorama crítico sobre la situación actual y advirtió que, más allá de los indicadores oficiales, el desgaste económico y social se profundiza.
Vacarezza señaló que, según los relevamientos de precios que realizan la Fundación y la Facultad en el sur del conurbano bonaerense, los incrementos acumulados superan ampliamente los niveles celebrados por el Ejecutivo. Para él, el fenómeno trasciende lo estrictamente económico y se vincula con dimensiones psicológicas y sociales que afectan profundamente al pueblo argentino.
El analista definió al actual rumbo como “un plan de financiarización”, estructurado —según explicó— en tres pilares: endeudamiento acelerado, especulación mediante instrumentos financieros y tasas altas que favorecen movimientos de capitales. A esto sumó la proliferación de bonos, las bandas cambiarias y la creciente dependencia del endeudamiento externo, que considera elementos centrales del modelo vigente.
Otro punto central de su diagnóstico es la cuestión de las privatizaciones. Vacarezza sostuvo que la falta de divisas empuja al Gobierno a buscar dólares mediante la venta de activos estratégicos, entre ellos centrales hidroeléctricas. Recordó que, tras el ingreso inicial de USD 18.000 millones producto del blanqueo fiscal, comenzaron a agotarse las fuentes de financiamiento oficiales, incluso después del préstamo del FMI y de nuevos aportes desde Estados Unidos. Según su visión, ello explica el viraje hacia una agenda privatizadora.
Vacarezza también criticó lo que considera un escenario de “impunidad” en la toma de decisiones, donde —según sus palabras— confluyen un debilitamiento de los organismos de control, presiones sobre el sistema judicial y una fuerte influencia mediática que condiciona la percepción pública.
En su análisis, citó investigaciones de la psicóloga chilena Carol Muñoz, quien sostiene que el voto dejó de basarse en el bienestar material y pasó a estar atravesado por identidades simbólicas. Vacarezza remarcó que sectores sociales de bajos ingresos, en ocasiones, se alinean con discursos que prometen una aspiración de clase antes que beneficios concretos, incluso cuando ello implique votar en contra de sus propios intereses económicos. Para el economista, esta lógica explica fenómenos electorales tanto en Argentina como en otros países de la región.
El experto advirtió asimismo sobre el fuerte aumento de importaciones a través de plataformas como Shein y Temu, que —según detalló— crecieron más de 230% y generan una presión adicional sobre la disponibilidad de divisas. A esto se suma el incremento del turismo emisivo, que también demanda dólares en un contexto ya crítico.
Vacarezza concluyó que el clima económico, social y político está atravesado por tensiones crecientes: inseguridad, fragmentación social, y una agenda pública donde —según cuestionó— persisten disputas judiciales del pasado mientras problemas urgentes quedan relegados. Para él, el cierre del año encuentra al país en un momento “trágico” en múltiples dimensiones.
Fuente: politicadelsur.com

