El Gobierno avanzó con un esquema que reemplaza la segmentación vigente y establece una división entre hogares subsidiados y no subsidiados. Los beneficiarios deberán cumplir requisitos de ingresos y limitar su consumo para no perder la ayuda estatal.
El Gobierno nacional dio a conocer los lineamientos de un próximo régimen de subsidios para los servicios de luz y gas que, según adelantó, se implementará de manera progresiva hasta su eliminación total a fines de 2026. La propuesta marca un giro significativo en la política tarifaria: desaparecen la segmentación por niveles de ingreso y los programas específicos destinados a sectores vulnerables, mientras que se incorpora una lógica centrada estrictamente en el consumo y en la capacidad económica de los hogares.
La medida surge como respuesta a los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que exigió una contracción fuerte del gasto en subsidios energéticos y una mayor liberalización del mercado. Las nuevas pautas, que serán sometidas a audiencias públicas en las próximas semanas, implican un reordenamiento que afectará a millones de usuarios.
Dos grupos: subsidiados y no subsidiados
De acuerdo con la propuesta oficial, los beneficiarios se dividirán en dos categorías: quienes recibirán asistencia y quienes quedarán excluidos. Serán elegibles únicamente los hogares cuyos ingresos no superen el equivalente a tres canastas básicas mensuales —actualmente unos 3.641.397 pesos— y que no posean propiedades adicionales ni embarcaciones. Para estos casos, el Estado cubrirá hasta el 50 por ciento de las facturas.
Sin embargo, la continuidad de la ayuda estará vinculada al nivel de consumo. En electricidad, los topes serán de 150 kilowatts durante otoño y primavera, y de 300 kilowatts en verano e invierno. Si una vivienda supera esos valores en un mes, perderá automáticamente el beneficio y deberá pagar la tarifa sin descuentos. La dificultad radica en que esos límites quedan muy cerca del consumo promedio de un hogar típico, lo que podría provocar cambios de categoría de manera frecuente.
En el gas, una cobertura limitada
En cuanto al gas natural, el subsidio se aplicará únicamente entre abril y septiembre, los meses de mayor uso del servicio. Para quienes no cuenten con redes de gas domiciliario, el Estado prevé un mecanismo de devolución a través de Mercado Pago para la compra de garrafas o gas propano. No obstante, esta asistencia equivale a menos de media garrafa mensual, una cantidad inferior a la que otorgaba el programa anterior.
Además, el alivio estatal se reducirá gradualmente hasta su desaparición hacia fines de 2026. Esta transición pretende evitar un aumento brusco en las facturas, pero confirma un sendero de incrementos continuos en los próximos años.
Un ajuste que sigue la línea fiscal
La Secretaría de Energía justificó la eliminación del esquema vigente argumentando supuestas anomalías, irregularidades y beneficiarios que no cumplían las condiciones. En paralelo, el Gobierno reiteró que la decisión responde a su compromiso de disminuir el déficit fiscal. Según proyecciones oficiales, el gasto en subsidios deberá ubicarse en torno al 0,5 por ciento del PBI durante el próximo año, tal como exige el FMI.
Si bien el Ejecutivo abrirá audiencias públicas, distintos sectores anticipan planteos y objeciones sobre los efectos que podría tener este reordenamiento tarifario en los ingresos de la población.