Un halo de misterio rodea al cometa 31/ATLAS, cuyo comportamiento errático ha despertado la inquietud de la comunidad científica.

Para Avi Loeb, astrofísico de Harvard, el objeto podría no ser un cometa común, sino una nave extraterrestre que se aproxima sigilosamente a la Tierra.

Detectado por el sistema ATLAS en 2019, este cuerpo ha mostrado destellos irregulares y una especie de “llamarada de propulsión” en su cola. Loeb sostiene que su aceleración no puede explicarse solo por la radiación solar y que su “anti-cola” podría ser un mecanismo de frenado propio de una tecnología avanzada. El investigador incluso advierte que el 31/ATLAS podría liberar “mini sondas” para estudiar nuestro planeta en los próximos días.

Si sobrevive a su paso cercano al Sol, podría demostrar que no es una simple roca errante… sino el primer visitante inteligente que se asoma al sistema solar.

Mientras tanto, el cometa —o lo que sea— continúa su trayecto silencioso, y la NASA mantiene su observación constante. Nadie sabe qué ocurrirá cuando vuelva a brillar en el cielo nocturno.