La Asociación de Corresponsales Extranjeros en la República Argentina (ACERA) expresó su “profunda preocupación” por la exclusión de reporteros internacionales del búnker oficialista y la cancelación arbitraria de acreditaciones. Exigen garantías para ejercer la labor periodística sin restricciones y advierten sobre el deterioro institucional.

A pocas horas de las elecciones legislativas, la polémica por el acceso a la información sumó un nuevo capítulo. La Asociación de Corresponsales Extranjeros en la República Argentina (ACERA) denunció impedimentos injustificados contra periodistas internacionales que intentaban cubrir los comicios. Según el comunicado difundido por la entidad, varios profesionales acreditados ante organismos oficiales vieron canceladas sus credenciales sin explicación y fueron excluidos de espacios claves como el búnker del partido gobernante.

La organización, que reúne a más de 90 corresponsales de distintos países, advirtió que estas medidas vulneran el derecho a la información y la libertad de prensa, pilares esenciales de toda democracia. “Se trata de una práctica que limita la transparencia del proceso electoral y restringe la mirada internacional sobre los comicios”, expresaron.

La denuncia llega en un contexto de tensión creciente entre el gobierno de Javier Milei y los medios, tanto locales como del exterior. Desde el inicio de la actual gestión, las conferencias oficiales se redujeron, las acreditaciones se volvieron más selectivas y la comunicación estatal se concentra casi exclusivamente en redes sociales, sin posibilidad de repreguntas.

ACERA solicitó la intervención inmediata de las autoridades electorales para garantizar el acceso irrestricto a la información. En su declaración final, remarcó que “el respeto al trabajo periodístico no es un favor ni una concesión del poder político, sino una obligación democrática”.

El episodio encendió alarmas en la comunidad internacional y en organizaciones que promueven la libertad de prensa. Para muchos observadores, lo ocurrido refleja un intento de controlar el relato oficial en un momento político clave, a pocas horas de que el país defina la composición del nuevo Congreso.