Por primera vez en la provincia, el sistema de votación cambia y los ciudadanos deberán utilizar una boleta única que reúne a todos los candidatos. Qué tener en cuenta al momento de ingresar al cuarto oscuro y cómo identificar correctamente a cada fuerza política.
El próximo domingo los bonaerenses se encontrarán con una modalidad inédita: la boleta única. A diferencia del sistema tradicional, donde cada partido contaba con su propia papeleta, esta vez habrá un solo documento con todos los espacios y nombres de los postulantes.
Sin embargo, no todos los nombres figuran como se esperaba. Algunos debieron ser retirados por cuestiones administrativas o de fuerza mayor, mientras que otros aparecen representando a alianzas poco conocidas o incluso curiosas.
En los centros de votación, los electores no recibirán sobres individuales. Las autoridades de mesa explicarán que ya fueron entregados a quienes correspondía. Tampoco habrá un cuarto oscuro tradicional: en su lugar se instalarán biombos donde los votantes podrán marcar su elección en privacidad.
La recomendación es revisar con atención la boleta, ya que el tamaño reducido y la gran cantidad de opciones pueden generar confusión. Entre los espacios políticos más visibles aparecen agrupaciones recientes como Liber.Ar, encabezada por María Fernanda Tokumoto, o figuras mediáticas como Fernando Burlando y Alberto Samid, que también forman parte de la oferta electoral.
La diversidad ideológica es amplia: desde sectores progresistas y peronistas, como Fuerza Patria —donde figuran Jorge Taiana, María Jimena López y Juan Grabois—, hasta propuestas de derecha y extrema derecha, como la de Castiñeira.
Tras realizar la marca, la boleta debe doblarse con el lado blanco hacia afuera y depositarse en la urna. De esta manera, el voto se mantiene secreto y válido.
Al cierre de la jornada, cada espacio político celebrará su propio triunfo parcial, como ocurre habitualmente. Los ciudadanos, en tanto, volverán a casa con la sensación de haber cumplido su deber cívico en un contexto donde la política, el humor y la confusión se entremezclan en una misma jornada electoral.