La administración nacional confirmó que después de los comicios impulsará una profunda transformación en el sistema energético. El plan incluye dolarizar el pago a las generadoras eléctricas, una medida que promete “estabilidad” pero podría incrementar los costos para comercios, pymes e industrias.

El Gobierno se alista para implementar una reforma estructural en el mercado eléctrico argentino una vez concluidas las elecciones del domingo. La iniciativa, presentada como una “modernización” del sector, contempla la dolarización de los pagos a las empresas generadoras de energía, lo que implicará un cambio profundo en el esquema de financiamiento del sistema.

Fuentes oficiales explicaron que la medida apunta a “dar previsibilidad y estabilidad” al mercado, pero distintos actores advierten que la dolarización trasladará mayores costos a comercios, pymes, industrias y usuarios no residenciales, que verán cómo sus tarifas quedarán directamente vinculadas a la cotización del dólar.

El nuevo diseño divide al sistema en dos grandes segmentos: el mercado estacionalizado, donde permanecerán los usuarios residenciales y no residenciales bajo el paraguas regulador del Estado, y el mercado desestacionalizado, orientado a contratos privados de mayor escala.

Si bien desde el Gobierno aseguran que los hogares no se verán afectados en lo inmediato, la reforma reconfigura el modo en que se financia la energía eléctrica en el país, abriendo la puerta a una indexación en dólares que podría impactar en toda la cadena productiva.

La medida será puesta en marcha después de las elecciones del domingo, en un contexto en el que el Ejecutivo busca equilibrar las cuentas del sector energético y reducir los subsidios. Sin embargo, analistas advierten que el cambio podría tener consecuencias inflacionarias y afectar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.