Durante una jornada que fue calificada como histórica, dirigentes del peronismo se congregaron en un congreso partidario con el objetivo de consolidar una estrategia común frente a las políticas del Gobierno nacional. Uno de los protagonistas del encuentro, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, celebró la decisión de avanzar en la unidad del movimiento peronista con el fin de defender a los sectores más vulnerables de lo que consideró un “ajuste salvaje”.

El congreso ratificó, por aclamación, la necesidad de fortalecer el frente opositor y de habilitar la construcción de alianzas con otros espacios del campo nacional y popular. La consigna central fue clara: “La patria no se vende, se defiende”.

Espinoza expresó con firmeza que, en momentos de crisis y sufrimiento para la mayoría del pueblo, el peronismo tiene la responsabilidad de responder con unidad y compromiso. En ese marco, se reclamó la libertad de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y se denunció la persecución judicial y política contra quienes defienden los derechos de los sectores populares.

Además, se trazaron líneas de acción orientadas a acompañar a quienes hoy enfrentan el hambre, a los jubilados, a las infancias y a todos los ciudadanos y ciudadanas que atraviesan con dignidad un modelo económico que, según los dirigentes, excluye a las mayorías.

El cónclave también sirvió para enviar un mensaje claro de rechazo al avance de políticas que, según los organizadores, promueven el odio y la exclusión social. En ese sentido, se acordó avanzar en un gran frente electoral con todas las expresiones del peronismo y sus aliados para construir una alternativa que, aseguran, permita “volver a poner a la Argentina de pie”.

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