Una red de vínculos familiares, licitaciones multimillonarias y discreta participación empresarial pone bajo la lupa a dos compañías relacionadas con el actual presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Desde la llegada de Javier Milei al poder, dos empresas sin experiencia previa como proveedoras del Estado —Global Protection Service (GPS) Group y La Bizantina S.G. S.A.— pasaron a convertirse en contratistas recurrentes de organismos públicos, acumulando más de 4.300 millones de pesos en adjudicaciones.

En el centro de la escena se encuentra el propio Menem, quien, mientras promueve una imagen de austeridad sorteando su sueldo como funcionario, mantiene vínculos directos e indirectos con empresas que crecieron al calor del gasto estatal. Una de ellas, Tech Security, fue fundada hace más de dos décadas por Martín Menem junto a sus hermanos Fernando Nicolás y Eduardo Adrián. Si bien cedió su participación accionaria tras asumir como diputado, los negocios no se detuvieron: buena parte de los contratos pasaron a manos de GPS Group, empresa que figura a nombre de Evangelina Inés Hazaff, hermana del enigmático empresario Nicolás «El Turco» Hazaff, estrechamente ligado al entorno Menem.

Desde diciembre de 2023, GPS Group pasó de ser una desconocida en el universo estatal a obtener contratos por más de 3.000 millones de pesos. Uno de los más significativos provino de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que le adjudicó más de $1.140 millones por servicios de seguridad y vigilancia, con una ampliación de $290 millones más. También consiguió contratos con el ENARGAS, el Teatro Nacional Cervantes, el INCUCAI y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

Algunos de estos contratos no solo fueron heredados de Tech Security, sino que incluso se renovaron en condiciones mucho más ventajosas. El caso del Cervantes es ilustrativo: el acuerdo inicial de $152 millones fue triplicado en una prórroga posterior, llegando a más de $448 millones.

El recorrido de GPS Group se complementa con su silenciosa expansión hacia el negocio aeroportuario. A raíz de la reciente desregulación del sistema de cargas en los aeropuertos, la empresa registró el dominio web globalhandling.com, anticipando su incursión en otro segmento con alto potencial de facturación, nuevamente con el respaldo estatal como principal cliente.

La relación entre los Hazaff y los Menem no se agota en GPS. La firma La Bizantina S.G. S.A., dedicada a la limpieza institucional, está presidida por Claudio Oberst, cuñado de “El Turco” Hazaff. Esta compañía obtuvo contratos por más de $1.367 millones desde la asunción de Milei. Uno de los más llamativos provino de la propia Cámara de Diputados, presidida por Menem, que adjudicó $694,7 millones para la limpieza del Palacio Legislativo. Además, obtuvo contratos con el Ministerio de Seguridad y la ANAC.

Ambas firmas comparten una característica: surgieron sin trayectoria previa como proveedoras estatales, pero lograron insertarse rápidamente en licitaciones con montos considerables y escasa visibilidad pública. La discreción de sus operadores, el uso de familiares como testaferros y el acceso privilegiado a dependencias públicas revelan un esquema de negocios en donde la línea entre lo privado y lo público se vuelve cada vez más difusa.

Mientras el discurso libertario predica contra el “Estado elefantiásico”, los lazos del clan Menem con proveedores privilegiados del propio aparato estatal parecen mostrar que, al menos para algunos, el Estado sigue siendo un excelente cliente.