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Operativo intimidatorio: fuerzas de seguridad inspeccionan micros que se dirigen a CABA

En la víspera de una manifestación convocada en respaldo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo, el Ministerio de Seguridad desplegó un operativo nacional que generó fuertes críticas por su carácter intimidatorio. Diversos colectivos provenientes de provincias del interior fueron sometidos a rigurosos controles policiales, con procedimientos que incluyeron requisas, pedidos de documentación e interrupciones en plena ruta.

Los operativos comenzaron durante la noche en distintos tramos clave del país. En la Ruta 9, por ejemplo, que conecta Rosario con Buenos Aires, móviles de la Policía Federal y de la Gendarmería se ubicaron a los costados de las rutas, ralentizando la marcha de los micros. Luego, exigieron detener la marcha y obligaron a los pasajeros a descender en medio de bajas temperaturas, con el pretexto de realizar inspecciones.

Uno de los focos más visibles de estos controles fue la autopista Ricchieri, vía de acceso principal desde el conurbano bonaerense hacia la capital. Allí, agentes de seguridad —sin credenciales específicas para controles de tránsito— subieron en grupos numerosos a los vehículos, revisando pertenencias y dificultando el normal traslado de los manifestantes. Según denunciaron los pasajeros, no se les ofrecieron garantías legales durante los procedimientos.

Los controles, lejos de limitarse a una revisión de rutina, se tornaron invasivos: varias personas fueron detenidas a la vera de la ruta, obligadas a justificar su destino y mostrar documentación personal. Los choferes también debieron presentar permisos y documentación de los vehículos en condiciones poco habituales incluso para viajes turísticos.

Los testimonios recabados describen un ambiente de hostigamiento. Luis, un manifestante que viajaba desde Córdoba, relató en una radio que los pasajeros fueron fotografiados, se revisaron bolsos y documentos, y se tomaron imágenes de cada uno. En San Luis, al menos cinco colectivos fueron desviados sin razón aparente. “Por cada lugar que pasamos nos sacan fotos y nos filman”, denunció una mujer en redes sociales, tras haber sido detenida junto a su grupo por efectivos de Gendarmería.

Situaciones similares se vivieron en Mendoza, donde los micros fueron encapsulados por fuerzas provinciales y no se les permitió detenerse siquiera en estaciones de servicio. “No quieren que lleguemos a Buenos Aires”, concluyó la pareja de una manifestante, visiblemente frustrada por la cantidad de obstáculos en el camino.

Mientras tanto, en los puestos de control que contaron con presencia de cámaras y periodistas, el accionar policial fue visiblemente más moderado. Hasta el momento, no se registraron incidentes mayores, aunque el tenor de las medidas dejó en claro el nivel de tensión en la previa de una jornada política clave.

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