El gobierno nacional avanzó con una nueva medida que modifica sustancialmente el marco de acción del sindicalismo argentino. A través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), el presidente Javier Milei amplió la lista de actividades consideradas esenciales, imponiendo restricciones significativas al derecho a huelga en sectores clave de la vida social y económica.

La disposición establece que, ante cualquier conflicto gremial, los sindicatos de las actividades incluidas deberán garantizar la prestación de servicios en porcentajes que van desde el 50 hasta el 75%. Entre las áreas alcanzadas se encuentran el cuidado infantil y la educación inicial, primaria, secundaria y especial; la aviación comercial y los servicios portuarios, incluyendo tareas como balizamiento, remolque, estiba y dragado; así como los controles migratorios, aduaneros y aquellos vinculados al comercio exterior. También quedan bajo esta normativa el transporte marítimo y fluvial de personas y mercancías, y toda la cadena de producción, transporte y distribución de gas y combustibles.

Este cambio representa un endurecimiento de la postura del Ejecutivo frente al movimiento obrero, al imponer nuevas restricciones al ejercicio de uno de los derechos laborales fundamentales. Críticos de la medida sostienen que se trata de un paso más hacia un modelo de gestión con características autoritarias, que prioriza la disciplina económica por sobre la negociación colectiva y el diálogo social.

En paralelo, el gobierno decidió reducir el rango institucional de la Secretaría de Derechos Humanos, que ahora funcionará como subsecretaría. Además del cambio jerárquico, se anunció un recorte del 40% en su estructura y del 30% en su planta de personal. Según informó el vocero presidencial Manuel Adorni, la medida busca «enfocar su accionar en la protección integral de los derechos humanos y no en la defensa de una mirada ideologizada».

Estos cambios consolidan una reconfiguración del rol del Estado en áreas sensibles como el trabajo, la protesta y los derechos humanos, marcando un fuerte giro en relación a los marcos institucionales que rigieron en las últimas décadas.