La provincia de Buenos Aires resolvió este lunes suspender las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) previstas para 2025, tras la aprobación del proyecto impulsado por el gobernador Axel Kicillof en la Cámara de Diputados bonaerense. La medida obtuvo el respaldo de más de dos tercios de los legisladores, incluyendo a representantes de Unión por la Patria y sectores de la oposición. Sin embargo, la decisión dejó un escenario de incertidumbre, ya que aún no se definieron los nuevos plazos para el proceso electoral.

La Junta Electoral de la provincia, presidida por Hilda Kogan, expresó su preocupación al advertir que, con el cronograma vigente, resulta «casi imposible garantizar la organización de los comicios». Ante esta situación, el organismo remitió dos comunicaciones a la Legislatura y encabezó una reunión con legisladores, aunque sin la presencia de representantes del kirchnerismo, ni de sectores de la UCR y el PRO.

El Poder Ejecutivo busca modificar los plazos actuales que, de no cambiarse, fijan el cierre de listas para el 8 de agosto y la presentación de boletas para el 18 de ese mes, a escasos días de las elecciones provinciales adelantadas al 7 de septiembre. La propuesta oficial contempla ampliar los tiempos: convocar elecciones con 100 días de antelación, reconocer alianzas 80 días antes, presentar listas 70 días antes y entregar las boletas 50 días previos a los comicios. Hoy en día, estos plazos son de 60, 60, 30 y 20 días respectivamente.

Durante la sesión, el diputado Gustavo Pulti, uno de los principales voceros del oficialismo, destacó la necesidad de avanzar rápidamente en la redefinición del calendario. «Suspendidas las PASO, es imprescindible contar con nuevos plazos acordes a las condiciones materiales actuales», sostuvo, al tiempo que criticó a quienes buscan aprovechar el desconcierto político.

La suspensión de las primarias fue rechazada únicamente por los bloques de izquierda y por Lucía Klug, diputada de Patria Grande, el espacio que responde a Juan Grabois. En tanto, el Senado bonaerense aprobó solamente la eliminación de las PASO, pero dejó pendiente el tratamiento de la reforma de los plazos electorales, lo que obliga al Ejecutivo a reabrir negociaciones.

En medio de esta compleja situación, se estima que en septiembre más de 13 millones de bonaerenses participarán de las elecciones provinciales, en un marco organizativo que la Junta Electoral considera, por ahora, inviable. Desde la oposición sostienen que solo aceptarían modificaciones si el oficialismo presenta «argumentos técnicos convincentes».

La secretaria general de Gobierno, Agustina Vila, y la vicegobernadora Verónica Magario encabezan las conversaciones para destrabar el conflicto. Mientras tanto, se espera que este martes la comisión de Reforma Política de Diputados reciba nuevamente a las autoridades de la Junta Electoral, con el objetivo de avanzar hacia un acuerdo que permita adaptar el cronograma.