El fallecimiento del Papa Francisco en la madrugada del lunes dejó una huella profunda en toda la comunidad católica, especialmente en Argentina. En ese marco, el obispo de Gregorio de Laferrere, Jorge Torres Carbonell, compartió su dolor por la partida del pontífice, a quien consideró una figura transformadora y cercana al pueblo.
“Le llevó frescura latinoamericana y argentina a Europa. Llevó una mirada distinta. Su servicio por los más pobres, los más necesitados, cercano a la gente”, expresó el obispo, visiblemente conmovido. Para Torres Carbonell, la impronta de Francisco representó un giro en la visión eclesial del Vaticano, impregnada de humanidad, sencillez y compromiso social.
El vínculo entre ambos fue largo y profundo. “Fue mi obispo durante 33 años, sumados los años en Buenos Aires y ahora como obispo de Roma. Me marcó la vida. Estoy conmovido. La primera impresión y sensación que tengo es que se fue mi padre”, aseguró con pesar.
Además, recordó un gesto reciente del Papa que le resultó particularmente simbólico: “Ayer mismo estuvo recorriendo la plaza San Pedro hasta el fondo, en definitiva, despidiéndose. Eso me hizo acordar a Juan Pablo II que, con esfuerzo, hasta el final, dejaba un mensaje: estar con el pueblo, con la gente”.
El obispo también destacó la influencia positiva de Francisco en los territorios más postergados del país: “Para nosotros aquí en La Matanza, y también para mi querido hermano Eduardo García, obispo de San Justo, (Francisco) ha sido una bendición. Nos ayudó a acompañar la realidad difícil que enfrentamos todos los días, con amor por el pueblo y una cercanía que siempre procuramos mantener”.
Como homenaje, este lunes a las 19 se celebrará una misa en honor al Papa Francisco en la Catedral de Gregorio de Laferrere, ubicada en Monseñor López May 3350. “Nos unimos para rezar y pedir por el eterno descanso del Papa”, invitó Torres Carbonell.