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Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes

Una reflexión sobre el Día de la Militancia y la traición de algunos políticos al pueblo

Por Miguel Saredi, Dirigente político, exdiputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

Hoy, 17 de noviembre, celebramos el Día de la Militancia, una fecha que nos llena de orgullo y memoria. Es imposible no recordar aquella frase histórica de Juan Domingo Perón: «El pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.» Estas palabras, más vigentes que nunca, son una advertencia y un llamado a la reflexión para todos aquellos que ocupamos un lugar de representación política.

Como dirigente político y exdiputado nacional por la Provincia de Buenos Aires, siento una responsabilidad ineludible de expresar lo que muchos argentinos piensan y sienten. No puedo permanecer indiferente ni callado frente a los ataques, injusticias y humillaciones que sufre nuestro pueblo y que, lamentablemente, muchos dirigentes prefieren ignorar. Me duele profundamente ver cómo algunos, en lugar de levantar la voz por quienes más lo necesitan, eligen negociar con el gobierno o guardar silencio por miedo o conveniencia.

En este contexto, me resulta inadmisible que haya dirigentes radicales que permitan que el Presidente insulte la memoria y la figura de Raúl Alfonsín, un hombre que, más allá de las diferencias ideológicas, representa un pilar de nuestra democracia. Pero lo que más me indigna es el silencio cómplice de muchos compañeros peronistas. ¿Cómo pueden callar frente a las necesidades del pueblo? ¿Cómo pueden tolerar humillaciones como las constantes ofensas hacia la figura de Eva Perón, un símbolo de lucha y dignidad para millones de argentinos?

La verdad es que este silencio no es gratuito. Muchos no hablan porque tienen demasiado que ocultar. Nos quieren vender un discurso de prudencia y moderación mientras este gobierno actúa sin escrúpulos, destruyendo los valores que tanto nos costó construir. Y no puedo dejar de señalar la actitud de los movimientos sociales que, durante los gobiernos peronistas, hacían cualquier cosa para obtener prebendas, pero que ahora prefieren mirar para otro lado.

El Día de la Militancia no debe ser un simple recordatorio del pasado. Es una oportunidad para mirarnos al espejo y preguntarnos si estamos a la altura de nuestra historia y de las demandas del pueblo. Ser militante significa comprometerse, denunciar las injusticias y luchar por el bienestar de quienes más lo necesitan. No podemos traicionar ese compromiso ni convertirnos en cómplices de un sistema que prioriza los intereses personales por sobre el bien común.

Hoy quiero decirlo con toda claridad: quienes no estén dispuestos a ponerse a la cabeza de las luchas del pueblo, que se preparen para dar un paso al costado. Porque el pueblo ya no tolerará más traiciones. Como dijo Perón, y lo repito con orgullo, «El pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.»

 

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