La marcha «Paz, Pan y Trabajo» del 30 de marzo de 1982 fue un momento crucial en la historia de Argentina, cuando miles de personas se reunieron en las calles de Buenos Aires para protestar contra la dictadura militar que llevaba seis años en el poder. La movilización, liderada por Saúl Ubaldini y la CGT Brasil, fue un grito contra el hambre, el desempleo y la represión, y simbolizó la unidad de diversos sectores que clamaban por el fin de la dictadura.
En ese momento, Argentina estaba sumida en una crisis económica y social, con una política represiva que había llevado a la desaparición de miles de personas, muchas de ellas pertenecientes al sector sindical. La marcha fue un acto de valentía y resistencia, que desafió al régimen militar y puso en evidencia su falta de apoyo popular.
La represión no se hizo esperar, y la policía y fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y detenciones. Sin embargo, la voz de la resistencia había marcado un hito, y la marcha se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia social y la recuperación de derechos perdidos.
La figura de Saúl Ubaldini se convirtió en un símbolo de coraje y compromiso social, y su legado sigue siendo recordado hoy en día como un paso crucial en la historia de la resistencia civil en Argentina. La marcha «Paz, Pan y Trabajo» es un ejemplo de la capacidad del pueblo para unirse en momentos de opresión y adversidad, y su memoria sigue siendo una inspiración para la lucha por la justicia y la democracia.
