Cristian Abel M., conocido como «El Titán», fue arrestado por la DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense, acusado de balear a un padre y su hijo durante un intento de robo. Su tatuaje de «Odio a la Policía», una marca de la vieja escuela del hampa argentina, lo distingue como un criminal peligroso.
La marca de los cinco puntos, un símbolo de los penales de antaño, y la declaración explícita tatuada en su cuello, revelan su odio hacia las fuerzas del orden. Este tipo de tatuaje, que alguna vez se realizaba con punzones y tinta china, hoy es una rareza, una señal de los criminales más duros.
«El Titán» es un conocido delincuente del barrio Las Casitas de González Catán. «Pasó la mitad de su vida preso», señala un detective que lo conoce bien. La semana pasada, fue detenido por la DDI de La Matanza bajo la acusación de intento de robo a mano armada y doble intento de homicidio. Según la acusación, Cristian disparó a matar a sus víctimas, dejando a dos de ellas en terapia intensiva.
El incidente ocurrió el martes pasado. La Policía Bonaerense recibió una alerta de la clínica Figueroa Paredes de Laferrere, donde un grupo de vecinos había trasladado a un hombre con múltiples heridas de bala en el abdomen y a su hijo de 18 años, también herido de bala. La madre del joven, quien resultó ilesa, pudo dar su testimonio.
Según su relato, la familia estaba en la esquina de Céspedes y Gamboa, en La Matanza, cambiando una cubierta pinchada de su Ford Eco Sport, cuando dos sospechosos en una moto negra los abordaron violentamente, exigiendo sus pertenencias. Al no encontrar nada de valor, les dispararon a padre e hijo antes de huir.
La DDI de La Matanza inició una investigación exhaustiva, recolectando testimonios y realizando operaciones encubiertas. Finalmente, identificaron a Cristian Abel y ubicaron su residencia en el barrio Las Casitas. Tras montar una vigilancia encubierta, lo arrestaron y allanaron su casa, donde encontraron el camperón de River Plate que supuestamente usó durante el ataque. Un dermotest realizado en sus manos revelará si disparó el arma que dejó a sus víctimas al borde de la muerte.
Mientras tanto, el cómplice de Cristian en el ataque sigue prófugo.