En un revelador artículo publicado por el diario La Prensa el 24 de enero de 1971, se detallaba con entusiasmo la construcción del Complejo Deportivo Recreativo Namuncurá, un proyecto ambicioso que se convertiría en un ícono histórico.

Este complejo, con sus piscinas que abarcan casi una hectárea de superficie acuática, no solo representaba un espacio de esparcimiento, sino que también era parte integral de un innovador plan que aspiraba a convertirse en la futura Ciudad Deportiva Don Bosco. Este proyecto, encabezado por la Institución Salesiana, incluía un santuario ya erigido, un descanso de peregrinos, un centro educativo recreativo y un colegio para hijos de inmigrantes.

Ubicado estratégicamente en la intersección del Camino de Cintura con la Autopista Ricchieri, frente al puente número 12, el balneario Namuncurá se destacaba por su accesibilidad y un rápido desplazamiento, lo que prometía atraer a visitantes de todas partes.

Con una extensión total de 30 hectáreas, el terreno estaba parcialmente cubierto por una arboleda centenaria, mientras que el resto estaba en plena forestación, anticipando un desarrollo máximo en sintonía con el crecimiento esperado en los años venideros.

Las calles internas, todas pavimentadas, facilitaban la movilidad dentro del complejo. Tres entradas daban al Camino de Cintura, y otra al puente 12 con acceso directo a la autopista. Las piscinas, abastecidas con agua salada proveniente de cuatro perforaciones con un caudal de 400.000 litros por hora, contaban con la capacidad de renovar completamente el agua semanalmente.

Además de los natatorios para adultos, destacaba uno circular para niños con un diámetro de 24 metros. El balneario ofrecía vestuarios, duchas y servicios sanitarios completos, una sala de servicio médico, confitería y una parrillada. También contaba con canchas de voleibol, «bowling» al aire libre, juegos infantiles, pista de automovilismo en escala y quinchos con sombrillas de paja, mesas y sillas. Aquellos interesados podían alquilar reposeras, sillas, mesas y parasoles.

Con un ambiente estrictamente familiar, el parque-balneario Namuncurá garantizaba el orden gracias a un servicio de vigilancia especializado. Este proyecto no solo marcó un hito en la recreación y el deporte, sino que se convirtió en un testimonio de la visión vanguardista de la Institución Salesiana y su contribución al bienestar comunitario.

El material gráfico fue proporcionado y publicado por Carlos Castro en el grupo de Facebook: Fotos Antiguas del Partido de La Matanza