En Aldo Bonzi, Innovación Tecnológica Revoluciona el Tratamiento de Aguas en Todo el País.

Un hito en la innovación tecnológica y ambiental se ha logrado en Aldo Bonzi, La Matanza, con la puesta en marcha de la primera planta piloto en Argentina que utiliza microalgas para descontaminar el agua.

Esta revolucionaria iniciativa es el resultado de 14 años de investigación colaborativa entre la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y Agua y Saneamientos Argentinos (AySA).

Las microalgas, diminutas plantas presentes en cuerpos de agua, han demostrado ser cruciales en la purificación de aguas residuales. A través del proceso de fotosíntesis, estas microorganismos eliminan nutrientes y materia orgánica del agua, transformándola en un recurso limpio y fertilizante natural.

El jefe e investigador de la Cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA, Agustín Rearte, destaca que este método «trata el agua» y, al incrementar la biomasa de microalgas, permite su uso posterior como biofertilizante.

La planta, ubicada en el predio de la Planta depuradora Sudoeste de AySA en Aldo Bonzi, es equipada con tres reactores con forma de piletones de 40 metros cuadrados cada uno. El agua pasa por un tratamiento primario antes de llegar a los reactores, donde las microalgas realizan su trabajo. La planta está totalmente automatizada para controlar operaciones y es monitoreada en tiempo real. La luz solar penetra en los reactores a pesar de la baja profundidad del agua, gracias a un sistema de agitación que distribuye uniformemente las microalgas.

Los resultados son impresionantes: la planta tiene la capacidad de purificar hasta 36 mil litros de agua por día, reducir en un 90% la materia orgánica, extraer el 95% del nitrógeno y el 50% del fósforo, junto con otros elementos contaminantes. Además, se obtienen alrededor de 760 gramos de biomasa microalgal diariamente como producto del proceso.

Este proyecto no solo representa una solución sostenible para la purificación del agua, sino que también abre la puerta a la valorización de la biomasa de microalgas cultivada en la planta. Rearte subraya que esta tecnología tiene el potencial de ser implementada a nivel nacional, especialmente en regiones sin sistemas de tratamiento. Comparado con métodos tradicionales, este enfoque es eficiente y de bajo costo, con una calidad de biomasa que permite más usos potenciales.

Las microalgas, ya utilizadas en suplementos nutricionales y alimentos para peces, han sido objeto de investigación desde 2009 por Agustín Rearte y su equipo. Este proyecto representa una expansión a gran escala de su trabajo y su impacto se siente en la vida cotidiana de millones de personas. Tras evaluar más de 30 cepas de microalgas, se han seleccionado las más óptimas para dos líneas de investigación: consorcios naturales y control de cepas específicas para producción eficiente.

Este logro se enmarca en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), y cuenta con la colaboración de diversas entidades, incluyendo la empresa de inteligencia artificial TDK, la Fundación Bunge y Born, UBATEC y la Universidad de Almería (España). Con esta planta piloto, Argentina se posiciona en la vanguardia de la innovación tecnológica para la gestión sustentable de los recursos hídricos.