El pontífice felicitó a la comunidad por «no olvidarse de la propia Madre, la que nos da la vida porque nos trajo la Vida que es Jesús», en un video proyectado durante la inauguración del templo.
Integrantes de la comunidad paraguaya de La Matanza construyeron un templo en el barrio Villegas, en San Justo, dedicado a la Virgen de los Milagros de Caacupé y a San Blas. Para conseguir las imágenes que decoran la capilla, más de 80 peregrinos viajaron al santuario en Paraguay en busca de réplicas tanto de la advocación mariana patrona de su país como del santo.
La historia trascendió fronteras y el mismo papa Francisco quiso enviarles un saludo celebrando esta forma de hacer comunidad. “Tenemos a la Madre. La extrañamos, la fuimos a buscar para que se quede con nosotros. Los felicito”, expresó en un video dirigido a las comunidades de los barrios matanceros.
“Eso se llama añoranza. Eso se llama ganas de ser familia, de no olvidarse de la propia Madre, la que nos da la vida, porque nos trajo la Vida que es Jesús. La que nos acompaña durante todo nuestro camino de la vida porque también es madre nuestra”, añadió el pontífice.
“En la inauguración del templo de Nuestra Señora de Caacupé y de San Blas, yo los acompaño desde aquí. Sigan adelante. Y no se olviden: tenemos una madre, la extrañamos, la fuimos a buscar, y ahora la tenemos aquí”, concluyó Francisco.
La iglesia, que está ubicada en la avenida Crovara y Cátulo Castillo, a metros de la estación Villegas de Ciudad Evita, se inauguró el 8 de diciembre.
Durante la mañana, se celebró una misa en guaraní, oficiada por el obispo paraguayo Mario Melanio Medina, quien recalcó la importancia de la fraternidad y hermandad entre comunidades para poder asistir y acompañar las necesidades del pueblo argentino y paraguayo.
A continuación, la imagen de la Virgen recorrió el barrio con dos caravanas que visitaron a las familias casa por casa. Las caravanas se unieron en el «Parque de la Integración», desde donde se dirigieron hacia el nuevo santuario para compartir la misa que fue presidida por el obispo de San Justo, monseñor Eduardo Horacio García.
Allí quedó inaugurada oficialmente la Casa Grande de la Virgen de Caacupé. La banda musical de la Provincia de Buenos Aires entonó los himnos nacionales argentino y paraguayo y hubo bautismos, confirmaciones y casamientos.
En el polideportivo San José, aledaño al templo, se presentaron grupos de música paraguaya, hubo comidas, bailes típicos y una gran feria.
Fuente: AICA.org