Al igual que en La Matanza, donde la vicepresidenta del comité radical cerró con La Libertad Avanza, el presidente de la UCR de Esteban Echeverría, Carlos Giuliani, renunció a su espacio para sumarse. ¿Son expresiones aisladas o representan las primeras señales de un gran desembarco a posturas más radicalizadas ante el desencanto con la coalición?
Con las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 2015, actualmente en duda para el escenario electoral del año próximo, Cambiemos se alzó como una coalición de tres socios que posteriormente ganarían las presidenciales con Mauricio Macri a la cabeza. El Pro, la UCR y la Coalición Cívica desplazaron al peronismo del gobierno, pero con el correr de la gestión las diferencias internas comenzaron a profundizarse por el “poco lugar” de representación que ocupaban los dirigentes radicales en la estructura oficialista de por aquel entonces.
Ya como oposición y transformados en Juntos por el Cambio, estas tensiones no se saldaron y el radicalismo se envalentonó con la gran elección realizada en las PASO del 2021 que tuvo a Facundo Manes como una de sus grandes apariciones en la provincia de Buenos Aires. Ante este panorama, despechados aún con la cúpula del Pro y por el fracaso económico que significó su estadía en el poder, la UCR se prepara para competir con sus propios candidatos al sillón de Rivadavia en el 2023, ya sea con el neurocientífico o el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.
En el plano bonaerense, el diputado provincial Maximiliano Abad aspira a ser el sucesor de Axel Kicillof, mientras que el ministro de Gobierno porteño Jorge Macri apunta a la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires. A su vez, dos viejos peronistas como Emilio Monzó y Joaquín De la Torre, que jugaban inicialmente en el incipiente armado de Manes de cara a la presidencia, finalmente se sumaron al espacio de la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien pretende ser la candidata a reemplazar a Alberto Fernández siempre y cuando obtenga el aval de Macri, que tampoco se baja de la pelea por su “segundo tiempo”.
El viraje de ciertos dirigentes de la oposición a espacios más radicalizados parece acelerarse en tiempos donde los focus group son permanente material de consulta y buscan complacer a parte de la sociedad reaccionaria y desencantada con la “casta política”, en términos del legislador libertario Javier Milei. O simplemente estos cambios de timón responden a un hartazgo del acomodo habitual en algunos sectores de la dirigencia, y lejos de seguir naturalizando estos favoritismos ya no son pocos los políticos que se cruzan de vereda.
Vereda libertaria que hoy expresa una tercera posición, que se presenta como una alternativa a la polarización en el país, más allá que ideológicamente se encuentren más cercanos a Juntos por el Cambio o, mejor dicho, a los halcones que integran la principal fuerza opositora. Esta encrucijada continúa siendo el desvelo de Macri y Bullrich, quienes a pesar que desde la mesa nacional de su espacio rechazaron una posible alianza con Milei, no descartan su incorporación en el escenario electoral del 2023.
Al mismo tiempo, mientras el referente de La Libertad Avanza espera por un llamado de sus pares radicalizados que lo hagan replantear su decisión, o no, va ensanchando la alternativa libertaria que se irguió como una de las grandes vencedoras en las legislativas pasadas. Tal es el caso del presidente de la UCR de Esteban Echeverría, Carlos Giuliani, quien acaba de renunciar a su espacio para sumarse al de Milei y así acompañarlo en “su camino” como candidato a presidente 2023.
Recordado por qué horas antes de las PASO 2021 dejó a Facundo Manes y se fue con Diego Santilli, Giuliani argumentó su dimisión de las filas radicales por “la falta de alternancia” y que “siempre son los mismos”. En tanto, profundizó sus críticas con la UCR: “Me encontré con un espacio en el cual solo se piensa en los cargos a ocupar, que el acomodo gana por sobre las capacidades, y que dos o tres personas elegían a dedo los cargos a ocupar, como candidatos a concejal, intendente o consejero escolar”.
“Me sumo al equipo de Javier Milei porque este es el momento de darle la oportunidad a una persona que no está contaminada como toda la casta política, Javier Milei nunca vivió del estado, sino que vive de su trabajo como economista; dando conferencias o asesorando a empresas. Él no quiere aferrarse ni atornillarse a un cargo como muchos diputados, senadores, intendentes, gremialistas que están hace treinta años viviendo de un cargo político y que nunca han trabajado de otra cosa”, agregó en su duro comunicado.
Y concluyó: “Por eso estoy seguro de que Javier Milei es la última oportunidad que tenemos de cambiar todo esto, la vieja casta política que nos llevó a este extremo de pobreza, es hora de que la casta le deje su lugar a gente nueva, con nuevas ideas, con la intención de honrar al pueblo que lo eligió a través del sufragio. Me sumo a Javier Milei para que las candidaturas no sean a dedo en una oficina con tres personas, para que se cambie el modo de gobernar y que sea sin robar”.
A su salida del partido centenario se le suma la que protagonizó la vicepresidenta del comité radical de La Matanza, Lorena Ramos. “Tomé la decisión porque vi todas las mezquindades humanas que existen en la UCR y en Juntos, y yo creo en la política como una herramienta para cambiar las cosas”, aclaró. Por otro lado, afirmó que ella tomó el cargo de vicepresidenta del comité “para hacer un radicalismo unido, pese a las diferencias”. “En esa variedad interna, mi intención fue contribuir a la construcción de una oposición real y fuerte, pero no se puede con tanto egoísmo y mezquindad”, lanzó.
“Lo único que veo es que la oposición solo saca fotos de las cosas que no hace el oficialismo”, criticó ante la falta de propuestas opositoras. Y también recayó en La Libertad Avanza: “Yo sigo militando en el radicalismo y con mi grupo decidimos apoyar al espacio de Javier Milei de cara a 2023”. Lo cierto es que a poco más de un año de las presidenciales y a pesar de su caída en las encuestas, la mayoría de los consultores políticos catapultan al economista libertario como uno de los protagonistas de la contienda electoral, sobre todo en un hipotético escenario de balotaje. Y muchos no quieren perderse el tren que defenestra la “casta política”, incluso perteneciendo a ella.
Fuente: Realpolitik