“Nuestra historia productiva arranca en el núcleo de la familia. Al principio, íbamos con mi papá y mis hermanos a buscar precios a un mayorista para revender en nuestro almacén. Un día compramos una marca, luego adquirimos el mayorista y, un tiempo después, decidimos producir el alimento”, cuenta Víctor Fera, dueño de Marolio, Molto y Maxiconsumo, el gigante de la industria alimenticia que ya sueña con un nuevo reto: meterse de lleno en la industria de la carne.

Los Fera, una familia inmigrante italiana, empezaron trabajando en su propio almacén en Laferrere. En 1985 compraron una marca que ya existía en el mercado: Marolio. Poco tiempo después crearon Maxiconsumo y se dedicaron a la venta mayorista, lo que los obligó a pensar en el desarrollo que hoy los encuentra con cuatro plantas industriales de tomate, fideos, vinagres y arroz en distintos puntos del país.

“En el grupo Marolio, Molto y Maxiconsumo somos 3.500 personas trabajando. Todos somos importantes, desde el que hace un pozo con una pala hasta el que repone las góndolas. Me siento muy orgulloso de mi familia, de los socios y del personal que trabaja en la empresa”, relata el empresario que en dos generaciones pasó de tener un almacén a producir alimentos y llevarlos hasta el último eslabón de la cadena.

“Mi slogan es la frase que una vez leí en una tarjeta de un desconocido: honestidad, trabajo y esfuerzo, eso que algunos llaman suerte”, destaca.

Desde la provincia en la que industrializan tomates, la empresa familiar llegó a la producción primaria. Poseen dos fincas en Costa de Araujo, en el departamento de Lavalle, provincia de Mendoza. Ahí producen unas 1.500 hectáreas de tomate. Sin embargo, ante la necesidad de rotar los cultivos, empezaron a sembrar verdeos. “Y teníamos que aprovecharlos. Por eso en 2019 compramos hacienda para engorde y hoy tenemos un feedlot con unas 4.000 cabezas, además de criar Angus”, relata el empresario durante una entrevista en el stand de Claas en La Rural.

Las distancias a la finca y las dificultades para encontrar contratistas que hicieran el picado en tiempo y forma para abastecer de alimento a la hacienda los impulsó a comprar su primera picadora de forrajes. “La persona que nos vende los tractores en Mendoza nos advirtió que si queríamos una picadora tenía que ser Claas, así hicimos nuestro primer contacto y terminamos comprando una JAGUAR 940 de la nueva serie 502 hace poco menos de un mes”, dice Fera.

A inicios de este año, la empresa ya estimaba producir unas 500 hectáreas de tomate y las 1.000 restantes divididas entre maíz, avena, cebada y alfalfa. Por eso, la picadora JAGUAR que permite procesar la más amplia gama de cultivos, fue equipada con dos cabezales: un DIRECT DISC 610 y un ORBIS 600, que es la última novedad en la materia y se destaca por un mantenimiento sencillo de 250 horas de intervalo de servicio y un plegado en tiempo récord de tan solo 15 segundos.

¿Habrá carne Marolio en las góndolas?

“Es posible, es un plan de la empresa que resta ver si se puede concretar. Pero, si pasara, las Angus coloradas serían marca Molto y las Angus negras se venderían con marca Marolio. De todas formas, es un paso que no se da de un día para el otro”, cuenta sobre el posible desembarco de la marca en el negocio cárnico.

Fuente: Agrofy News