«​Disculpen las molestias, es para poder seguir estudiando», se lee en el cartel que exhiben y llevan consigo, hace cinco años, los hermanos Tomás (21) y Agustín (24) Ojeda cuando se ubican en la peatonal Arieta de la localidad de San Justo, en el Partido de La Matanza. Con un violín y una guitarra, musicalizan la estadía de los paseantes.

Oriundos de Laferrere, ambos estudian el profesorado de música en el Conservatorio de Morón ‘Alberto Ginastera’. Agustín orientado en canto, y Tomás en violín. Desde 2017 se presentan sin falta de lunes a sábados por la mañana para poder sostener económicamente sus estudios. «Lo que más queremos es poder recibirnos y vivir de la música», aseguran .

Tal como recuerdan en diálogo con Clarín, la primera vez que tocaron en la peatonal tenían miedo y vergüenza porque no sabían si los iban a sacar y cómo iba a reaccionar la gente, pero a medida que fue pasando el tiempo aprendieron a desenvolverse como artistas callejeros.

«La gente viene, colabora y nos dice cosas lindas como ‘muy bien chicos’, ‘sigan así’, ‘sigan estudiando’ y ‘no le aflojen’. Esas palabras de aliento nos dan fuerzas para seguir con nuestro sueño, aunque sea difícil porque el mundo del arte es complejo», coinciden.

El contacto con la música apareció desde muy chicos gracias a la influencia de su papá, que «siempre fue fanático» y los alentó mucho. Pero el dúo se conformó a partir de sus primeras experiencias en San Justo, sitio que eligieron como locación por ver a un músico haciendo lo propio durante un paseo familiar.

​Cuando recién empezaban, sabían alrededor de 6 canciones «fáciles», y ahora su repertorio supera las 20, entre las que interpretan folclore, rock nacional e internacional, y pop. «Elegimos géneros variados porque no a todos les gusta todo. La idea es llamar la atención de la gente», cuentan.

Además de tocar en la peatonal, participan desde hace cinco años de la Orquesta Escuela Latinoamericana de La Matanza y hacen presentaciones en toda clase de eventos, como cumpleaños, peñas folclóricas, casamientos, bares y restaurantes. Los pueden contactar a través de su cuenta de instagram @loschicosdelapeatonal.

Sin dudas, la experiencia más significativa que vivieron en estos años les ocurrió con Yamila, una trabajadora de tránsito de la zona. «Un día nos dijo: ‘Si me permiten, me encantaría darles algo’. Y nos regaló un violín y una guitarra», revelan.

Para ‘Los chicos de la peatonal’, la música «cambia la vida de las personas, les da alegría, les pone una sonrisa en sus caras y les da esperanzas». Es por eso que recuerdan a la perfección los halagos y los comentarios de quienes los escuchan. «Eso es mucho más valioso que el dinero que nos pueden dejar», ​​definen.

Recientemente fueron seleccionados por el Ministerio de Cultura en el Programa Becas Marta Argerich, creado para que chicos y chicas de las Orquestas Escuela puedan capacitarse para ser futuros profesores.

Por ser elegidos junto a otros 33 chicos, los hermanos tuvieron distintas formaciones virtuales y contaron con la posibilidad de presentarse en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, en diciembre del año pasado. Y viajarán en agosto a tocar a la provincia de Tucumán. «Es nuestro primer viaje por la música, una super oportunidad», expresan.

Fuente Clarín por Julia Eymann