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La historia de Ecko, el rapero de La Matanza que es fanático de Eminem

Ecko nació el 7 de junio de 1999 en Villa Luzuriaga, en el partido de La Matanza. Hijo de padres humildes y trabajadores, ayudó durante su infancia en un negocio familiar de comida. Allí se ocupaba de los números, porque era bueno en matemáticas. Para ganarse su propio dinero, también vendió celulares y zapatillas, repartió folletos y fue empleado en un local de ropa en el shopping de Liniers.

Su amor por el rap comenzó a nacer gracias a su fanatismo por Eminem, uno de los máximos referentes de ese género. “8 Mile me motivó muchísimo para competir, vencer los miedos y subirme a un escenario a rapear”, recordó en referencia a la película protagonizada por Eminem, que se convirtió en una obra de culto en el mundo del hip-hop.

Poco a poco, comenzó a meterse de lleno en ese mundo. Empezó a recorrer el Conurbano bonaerense en trenes y colectivos, donde hacía freestyle y pasaba la gorra. Entonces, el rap era una pasión underground y lejos estaba de ser el fenómeno popular en el que se convirtió. Por eso, tenía que explicarles a los pasajeros qué eran los freestylers: una suerte de payadores de la nueva generación. También tenía que convencerlos de que realmente estaba improvisando, por lo que pedía palabras y objetos al azar sobre los cuales rapear.

En paralelo, inició su carrera como competidor en las batallas de gallos, en las que se enfrentaban raperos que improvisaban sobre una base y se atacaban con rimas. El salto a la popularidad llegó cuando se convirtió en un habitué del Quinto Escalón en el Parque Rivadavia de Caballito, la competencia callejera de batallas de rap con mayor asistencia de público del mundo.

Allí comenzó codearse con quienes luego se transformaron en grandes exponentes del trap argentino, tales como Duki, Paulo Londra, Lit Killah, Trueno y Wos, entre otros.

En paralelo con las competencias de freestyle, decidió lanzar su carrera musical. A fines de 2016, difundió sus primeras dos canciones: D1sputa y Dealer de skilles. Un año más tarde publicó Dorado, el sencillo que lo posicionó como uno de los grandes referentes del género y que, con más de 53 millones de visualizaciones, se mantiene como su pieza más reproducida.

Su crecimiento personal se desarrolló junto al de la escena del trap en el país. Así fue como llegó la fama, el dinero, los seguidores en las rede sociales y los shows. Para finales de 2018, realizó su primer gran recital y agotó las entradas en el Teatro Gran Rex. Ese año dejó las batallas de gallos y se enfocó completamente en su faceta artística.

En noviembre de 2020, tras varios meses de inactividad por la pandemia de coronavirus, lanzó su primer trabajo de estudio: el EP (Extended Play, un álbum corto que no suele contener más de ocho canciones) Young Golden. En junio de 2021, llegó su segundo EP: Géminis.

Aunque mantiene a sus amigos de la infancia, ahora pasa sus días en Miami. En YouTube ostenta más de 1,3 millones de suscriptores y más de 230 millones de visualizaciones entre todos sus videos, mientras que en Instagram lo siguen casi 4 millones de usuarios.

Fuente TN

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