El español rompe a llorar sobre la tierra de París tras conquistar su 14º Abierto de Francia en una final en la que arrolló a Casper Ruud (6-3, 6-3, 6-0)

Lágrimas, esa fue la primera respuesta. Ante la euforia generalizada, Rafael Nadal miró a la grada, allí donde se encontraba todo su equipo, y rompió a llorar desconsolado tras un revés a la línea que certificó su decimocuarto Roland Garros. Historia viva del tenis. Historia viva del deporte. El español, muy superior a Casper Ruud en todo momento (6-3, 6-3, 6-0), arrolló en una final sin historia para cerrar en menos de dos horas y media su 22º Grand Slam, dos más que Novak Djokovic y Roger Federer, inmediatos perseguidores.

Tras una ovación cerrada que precedió a la entrega del título, Nadal reconoció el gran desempeño de Ruud y agradeció la presencia de toda su familia en la grada: “Es increíble todo lo que me ha pasado este año… Me hubiera retirado hace mucho si no llega a ser por vosotros”. Acto seguido, el balear aseguró entre la ovación cerrada de la Phillippe-Chatrier que no sabe qué pasará en el futuro, pero qué “lo va a seguir intentando”. Y añadió: “Es muy difícil describir lo que siento. Nunca imaginé volver aquí y poder ser competitivo una vez más. Significa muchísimo para mí”.

Ruud, agradecido al recoger su primer trofeo como finalista de un Grand Slam, felicitó tras el encuentro a Nadal y reconoció lo difícil que es jugar ante él sobre la arcilla parisina: “Hoy he sido una víctima más de tu juego en Roland Garros. Gracias a ti, a tu equipo y a tu familia por haberme acogido durante tanto tiempo [en la Rafael Nadal Academy]”.