Los jefes de la CGT plantearon en una carta que la instauración del busto en la casa de gobierno sería un “acto de estricta justicia” hacia una mujer tratada como “paria en su propia tierra.
Un día después de la conmemoración del Día de la Memoria, la Confederación General del Trabajo le solicitó al presidente Alberto Fernández la colocación del busto de María Estela Martínez de Perón en el “hall de honor” de la Casa Rosada junto a las figuras del resto de los mandatarios constitucionales argentinos. Se trata de un pedido de larga data, que transitó por distintos vaivenes en la historia reciente, y que involucra a una pieza de mármol de carrara que llegó a estar perdida durante años.
El texto lleva las firmas del triunvirato que ejerce la conducción de la CGT (Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano) junto a los secretarios generales de UPCN, Andrés Rodríguez, y el secretario de Derechos Humanos de la entidad sindical y titular de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), Julio Piumato.
“Isabel Perón ‘Isabelita’ primera mujer en el mundo en ocupar la presidencia, que el pasado 4 de febrero cumpliera 91 años, es una paria en su propia tierra, en tanto pesa sobre ella la iniquidad de la proscripción -maquillada de causa judicial- que la obliga al exilio. Debemos tener el valor de efectivizar un acto de Justicia por Isabel Perón en el atardecer de su vida”, señalaron los dirigentes sindicales en la carta con destino a Alberto Fernández.
La CGT fundamentó su reclamo de colocar la imagen de “Isabelita” en la Galería de los bustos presidenciales de la Casa Rosada como parte de una “recuperación de la memoria histórica de nuestra patria” y señalaron que corresponde hacerlo por “quienes en los momentos más cruentos que como país debimos atravesar, dieron todo -hasta la vida- por construir una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana: los trabajadores”.
En la misiva, la dirigencia del movimiento obrero recordó que “la construcción de una patria que nos contenga a todos requiere cerrar de una vez por todas las heridas abiertas por la ignominia y la degradación histórica”, con una “señal clara hacia el pueblo peronista, el movimiento obrero y las mujeres que luchan por un reconocimiento pleno con perspectiva de género”.
En la carta, la cúpula sindical del peronismo incluyó a la compañera de fórmula en 1973 del general Juan Domingo Perón y a María Eva Duarte (Evita) como las “dos mujeres síntesis de la prédica” del fundador del movimiento justicialista, quien logró “la transformación social más importante que viviéramos como nación”. Desde hace largo tiempo que la CGT viene solicitando, sin éxito, que se incorpore a “Isabelita” junto a los demás presidentes constitucionales.
EL BUSTO DE ISABEL PERÓN
El busto de la ex presidente existe y ya fue elaborado por el artista Enrique Savio. Sin embargo, nunca logró ser instalado. La pieza honorífica había sido encargada en el año 2007 por el entonces presidente Néstor Kirchner junto a los bustos de los otros dos presidentes argentinos constitucionales que faltaban en el salón en ese momento: Héctor Cámpora y Raúl Alfonsín. Durante su mandato, Cristina Kirchner sólo inauguró el busto del presidente radical.
Luego de esa decisión política, el busto de Isabel Perón estuvo extraviado, a pesar de haber sido enviada por Savio. Fue archivado y luego enviado a un depósito pero en un incendio en Casa Rosada se perdieron los recibos de esa entrega. No se supo de su paradero durante 12 años hasta que una mujer, cuyo esposo trabajaba en una empresa de transporte que hacía traslados a la Casa Rosada, lo puso en venta. En una curiosa intervención del anticuario Pablo Miño, el busto logró ser restituido al Estado al comienzo de la gestión del Frente de Todos.
Actualmente, la escultura de mármol de Carrara de 75 centímetros de altura de Isabelita se encuentra nuevamente en la Rosada y está depositada en la Casa Militar.