Una exposición prolongada al sol o hacer ejercicios en ambientes calurosos y poco ventilados puede conducir a un golpe de calor, es decir, a un aumento considerable de la temperatura del cuerpo, nocivo para la salud.
Mantenerse hidratado, ingerir grandes cantidades de agua y evitar la exposición al sol, son los consejos que los especialistas más remarcan para hacer frente a una ola de calor.
Los cuidados se deben extremar entre los bebés, niños pequeños, personas mayores de 65 años y pacientes con enfermedades crónicas.
Recomendaciones durante una ola de calor
El Ministerio de Salud de la Nación recomienda consumir mucho líquido -un mínimo de 2 litros-, en especial agua fresca y de fuente confiable durante todo el día, aun si no se tiene sed. Una buena forma de asegurar esa cantidad es tomar 8 vasos. También es mejor evitar el consumo de infusiones calientes, bebidas alcohólicas y aquellas con mucha azúcar.
Se recomienda comer liviano, como frutas y verduras; reducir la exigencia en la actividad física acostumbrada –por la mañana temprano o luego de la caída del sol– y usar ropa ligera, holgada, de colores claros. De ser posible llevar sombrero y anteojos oscuros.
En relación a los niños menores de 6 meses, es conveniente que la madre ofrezca el pecho con más frecuencia que la habitual. Para los niños mayores de 6 años, se aconseja ofrecerles bebidas en forma constante, aunque no lo pidan, como forma de evitar la deshidratación.