Ya no hay margen de espera para las miles de familias que dependen de lo que ocurra con el futuro de la cadena Garbarino Compumundo. Los más de 4.300 empleados del retail, hoy al borde de la convocatoria de acreedores, se preparan para iniciar un cuarto mes sin cobrar haberes, con aguinaldos adeudados y sin ningún tipo de asistencia en términos de cobertura de salud.

Por supuesto que tampoco perciben aportes y tanto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como en el interior de la Argentina se multiplican los trabajadores que deciden permanecer en los locales a la espera de alguna solución.

«Hay compañeros en situación oncológica, empleadas con embarazo de riesgo. Somos víctimas de una estafa», expuso Carlos, uno de los trabajadores del centro de distribución que la cadena aún posee en La Tablada.

«Somos los trabajadores de Garbarino quienes padecemos las consecuencias por un empresario –en referencia a Carlos Rosales, dueño actual de la cadena– que quiere llenarse los bolsillos y dejar a toda la gente en la calle», añadió.

«Tenemos empleados que directamente se encuentran en situación de indigencia», expresaron sendos delegados de los trabajadores consultados.

Hay familias que no perciben un ingreso desde hace al menos 3 meses, por lo que no pueden afrontar el pago del alquiler o directamente comprar la comida.

«Los trabajadores no están pudiendo pagar sus cuentas. Hay familias muy endeudadas. Hay empleados que están haciendo changas. No queda otra alternativa para la mayoría. De alguna forma los empleados y sus familias tienen que comer. La mayoría tiene las tarjetas cortadas», afirmaron los trabajadores.

Según pudo saber este medio, hay cientos de empleados que, al no cobrar hace meses, se vieron forzados a utilizar su auto para trabajar como choferes de Uber, mientras que otros econtraron la manera de generar unos pesos haciendo delivery. Todo esto, claro, a la espera de que la empresa regularice los pagos.