¿Qué serías capaz de hacer por tu ídolo? En La Matanza esa pregunta tiene respuesta para los fanáticos del Indio Solari, y es que en la Plaza Etcheverry de Ramos Mejía hicieron una enorme escultura para rendirle tributo al cantante de la legendaria banda de rock Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
La escultura fue levantada por el artista local Sergio Leguizamón y el trabajo se realizó en conjunto con el elenco artístico «Una obra redonda», con una consigna: que la figura hecha con chatarra donada por la gente tuviera 1,67 metro, la altura real del legendario cantante, que en enero de 2021 cumplió 72 años.
«El fin de semana había gente que hacía cola para sacarse una foto, hay un fanatismo increible», cuenta Leguizamón. Y agrega: «En la plaza hay un montón de esculturas, pero van directo hacía la suya».
Todo fue milimétricamente calculado y es por eso que la cabeza está hecha con 220 piezas pequeñas, entre las que predominan las chapitas de gaseosa, que según explica el escultor, sirven para darle un efecto más realista.
El cuerpo está conformado por alrededor de 270 cortes de distintos de metales.
El proceso no fue fácil para el artista y constó de un exhaustivo análisis. «Estuve viendo videos del Indio durante dos semanas para seguir sus detalles», asegura. Luego se puso manos a la obra, y en apenas un mes logró terminarla. Con su obra, buscó reflejar el espíritu del cantante. Está sobre una estructura de madera con una leyenda al pie: “Con los puños en alto deseando al final, hacer la revolución con una canción de amor”.
La frase hace referencia a una de las características letras del Indio, en este caso la de la canción ‘Había una vez’. Y está acompañada por el nombre que eligieron para esta iniciativa: «Proyecto Una Obra Redonda».
La escultura está sobre una plataforma de madera, con un par de versos del Indio, para la canción Había Una Vez.
El trabajo se pudo llevar a cabo gracias a las donaciones de los vecinos y de la gente que se enteró del proyecto y se contactó con Leguizamón para acercarle chatarra que tenían en sus casa, lo que para él «es sumamente importante porque es la materia prima».
Fuente Clarín