Ezequiel Arielli nació en San Justo, pero se mudó a Ciudad Oculta con su mamá y ahora vive en Ciudad Evita. Él mismo cuenta que tuvo una infancia difícil, sufría de bullying en la escuela, sus padres se habían separado en malos términos, su papá se ausentó y no tenían para comer, vivían con lo que algunos vecinos les daban o comían en comedores o el colegio.
Al cumplir 15 años se mudó con su familia a Almagro a la casa de su padrastro. Pasó de asistir a un colegio donde sufría bullying a ir al IMEP de Villa Devoto.
Él siempre procuró enfocarse en progresar. Al poco tiempo cuando la economía de su familia se volvió a ver afectada, Ezequiel tuvo que renunciar a su viaje de egresados y comenzó a trabajar como obrero en una empresa metalúrgica. En sus tiempos libres del trabajo jugaba a los videojuegos en la computadora, pero cuando se rompía o funcionaba mal debía enviarla a un técnico, lo que implicaba mucho gasto, fue ahí cuando se le ocurrió investigar como se arreglaban las cosas de la computadora y comenzó a arreglarla él mismo.
Al terminar el colegio comenzó a estudiar en la Universidad Tecnológica Nacional. Tiempo después dejó el departamento donde vivía con su familia y se mudó a San Justo con su abuelo, quien lo ayudó a salir adelante luego de pasar por momentos difíciles.
Arelli pasó por varios empleos, como obrero, como empleado en las oficinas de un supermercado, arreglos de computadoras y servidores, con éste último fue que empezó a conocer a verdaderos informáticos. A partir de allí continuó formándose a través de diferentes medios.
Ezequiel cuenta que cuando fue despedido de su trabajo compró un servidor físico con parte del dinero de la indemnización y comenzó a estudiar. A las dos semanas fue contratado nuevamente. Desde allí todo comenzó a ir cuesta arriba y relata la vez que ayudó a que una empresa de delivery con sede en Colombia pasara de valer u$s 50 millones a u $s 1000 millones. En ese momento Ezequiel comenzó a soñar con trabajar en Silicon Valley donde trabajaban los informáticos que tanto admiraba.
Luego de mucho empeño y de tiempo invertido estudiando inglés, fue convocado por Miroculus, una empresa de biotecnología.
Fue así que Arelli logró cumplir su mayor sueño. Actualmente vive en la localidad matancera de Ciudad Evita junto a su mujer y su pequeña hija. Si bien nunca se radicó en Estados Unidos, va y vuelve de San Francisco. Ezequiel comenta que fue una gran oportunidad que le regaló la vida, algo por lo que trabajó mucho y gracias a ello pudo aprender mucho de la cultura norteamericana