En 1981 integró el Boca campeón que entrenaba en el histórico predio de Villa Luzuriaga. Salía a caminar por la Ruta 4. Y un día se le plantó a José Barrita, “El Abuelo”.

La Candela, el predio deportivo de Villa Luzuriaga, La Matanza que a fines de los ’60 Boca Juniors compró para formar y educar jugadores guarda más de una historia de Diego Maradona, que murió este miércoles en Tigre, que incluye largas caminatas por el Camino de Cintura y hasta el famoso enfrentamiento con los líderes de «La 12», la barrabrava del club.

«El Boca campeón del ‘69 salió de La Candela, desde inferiores hasta Primera. Se entrenaban acá y los jueves iban a la Bombonera para hacer fútbol», contó a Clarín Alejandro Albamonte, preparador físico e historiador de Boca.

A cuatro cuadras del Camino de Cintura, Ruta Provincial N°4, todos reconocen que más allá de que el Boca del ’69 haya salido desde ese complejo deportivo, la verdadera revolución se produjo en 1981. Maradona, quién ya había salido campeón mundial juvenil en 1979, integró el equipo de Silvio Marzolini, donde compartía plantel con Hugo Gatti, Vicente Pernía, Oscar Ruggeri, Roberto Mouzo y Miguel Angel Brindisi entre otras figuras.

En el cruce de Triunvirato y la Ruta 4 nadie olvida el paso de la estrella mundial del fútbol. «Era un caos de tránsito, porque había fanáticos y muchos medios de comunicación. Concentraban ahí y el micro salía por Camino de Cintura hasta la Ruta 3, y de ahí por avenida Alberdi, hasta la Bombonera”, recordó Albamonte, quien suele despuntar anécdotas xeneizes en una columna en el programa «Pintado de Azul y Oro» de radio Splendid.

En épocas de concentraciones sin videojuegos, el predio de 50.173 metros cuadrados que Boca le vendió al club Deportivo Riestra del Ascenso, parecía quedar chico. Esa zona de quintas donde unos pocos chalets todavía hoy resisten las subdivisiones de lotes, la invasión de dúplex y algunos monoblocks, fue testigo de las caminatas de Maradona por el Camino de Cintura.

«En plena dictadura se llenaba de fanáticos para ver los entrenamientos en los que participaba Maradona. Sin celulares, o videojuegos, los jugadores mataban el tiempo con caminatas por la Ruta 4», rememora Albamonte, sobre una práctica que hacían cuando ya no había fanáticos del otro lado del portón.

Boca Juniors ese año peleaba el campeonato con el Ferrocarril Oeste de Timoteo Griguol. Una noche el equipo recibió una visita poco amistosa en La Candela, el complejo al que bautizó así Alberto J. Armando, el histórico presidente de Boca. Es una anécdota que los compañeros de Maradona nunca olvidan.

El propio Diego recordó aquel amedrentamiento con armas que protagonizó el viejo líder de “La Doce”, que era vecino de San Justo y socio de Almirante Brown: en ese momento era habitual “la doble camiseta”, un club el sábado y otro el domingo.

«Diego intentó enfrentar la situación y tomar la palabra. El Abuelo le dijo que se quedara tranquilo, que el asunto no era con él y lo invitó a retirarse. Pero el 10 bancó la parada y se quedó a apoyar a sus compañeros”, comentó Bongiovanni en una entrevista a Infobae.

«Yo quería defenderlos, recién llegado de la hinchada de Argentinos, que era brava pero no era así, no nos venía a apretar. No entendía nada y El Abuelo dijo que no poníamos huevo. Y ahí salto y digo: ‘Pero qué es esto, viejo. ¿Vamos a ganar o vienen a apurar y nos vamos a agarrar a trompadas?’. Y me contestó: ‘Con vos no nene, a vos te debemos todo, vos vas a ser el capitán y no quiero que te metas en contra nuestro porque los vamos a matar a todos y a vos no te vamos a hacer nada», recordó el propio Maradona en el programa Mar de Fondo de TyC Sports en 2004.

Después del apriete tomó la palabra Marzolini y hablaron con la barrabrava media hora. Finalmente esa historia terminó con Boca campeón del Metropolitano y la clasificación a la Copa Libertadores.

En los ’90, Jorge “Coqui” Raffo, un ex jugador de Boca y vecino del Oeste que compró La Candela y creó el Centro de Entrenamiento para Futbolistas de Alto Rendimiento para jugadores libres. El Fútbol Club Barcelona de Lionel Messi armó una pequeña Masía en la que entrenaban chicos que iban al Colegio salesiano Don Bosco de Ramos Mejía, hasta que abandonaron el proyecto y volvió a manos de Boca.

En 2017, Deportivo Riestra compró La Candela y Maradona dirigió entrenamientos del club en ese complejo donde había entrenado en 1981. Así el crack de fútbol volvió a La Matanza, distrito donde hizo su última obra benéfica con el plan solidario «Las 10 del 10», por el que instalarán una escuela deportiva y se alambrará un potrero entre otras obras en el barrio Almafuerte.

Fuente Crónica