Se trata de un asesinato cometido hace 14 años en un pueblo de la localidad de 9 de Julio, Dennehy un pueblo de no más de 200 habitantes que se vio envuelto en una serie de acontecimientos que incluyeron sexo, droga, infidelidades y secretos ocultos.

La muerte del jornalero Ángel Palacios desató un revuelo entre los habitantes del pueblo, apareció con un tiro en la frente y las manos en los bolsillos.

Lo habían asesinado al estilo mafioso y el único sospechoso del crimen fue Clemente Villegas, con cuya esposa la víctima mantenía un romance clandestino. Todo apuntaba a ser un crimen pasional.

Hugo Lopez Carribero, abogado defensor de Palacios, ante el desprolijo trabajo de la policía, no tuvo más remedio que actuar como investigador de la causa y fue quien descubrió los secretos que ocultaba el minúsculo pueblo.

En la sala de primeros auxilios, el enfermero Walter Arce, organizaba fiestas negras con niñas menores de edad, de las que participaban hombres y mujeres de la localidad junto a poderosos empresarios y políticos de 9 de Julio y alrededores.

Lorena Valbuzzi, esposa del único acusado, también mantenía un amorío con el enfermero y asistía a esas fiestas donde el descontrol y las infidelidades se cometían en masa.

En virtud a esto, las sospechas que apuntaban a Palacios se derrumbaban poco a poco, ya que cualquier hombre en estado sexual activo podría ser el asesino.

Dos años después y gracias a la compleja tarea de investigación de Lopez Carribero (más conocido como «El Penalista del Conurbano») el Tribunal Oral Criminal Nº 3 de Mercedes, absolvió a Villegas, definiendo a la localidad como “el pueblo de las francachelas sexuales” y comparándolo con un mitológico bosque griego en el que varios “faunos” y varias “ninfas” rurales concretaban clandestina u ostensiblemente sus encuentros amorosos, algunos fugaces y otros, más duraderos.

Incluso, se parafraseó a Shakespeare y cuando uno de los jueces dijo: «Hubo en Dennehy varios celosos «Otelos«, varias infieles «Desdémonas« y varios amantes «Yagos«.