Viven en Isidro Casanova. Manifestaron que tomaron la drástica decisión para evitar enfermarse en etapas y que la cuarentena resulte más complicada ante su delicada situación económica.
Ayelén tiene 28 años y vive en una casa en Isidro Casanova, junto a otros 10 familiares. Días pasados, confirmó que su bebé era positivo de Covid-19, por lo que el numeroso grupo tomó la decisión difícil y drástica de contagiarse a propósito el coronavirus, con el objetivo de que la cuarentena estricta resulte lo menos compleja para todos. El plan es evitar enfermarse en etapas y que el aislamiento resulte aún más complicado para su maltrecha economía.
En diálogo con DIARIO POPULAR, la mujer relató que la situación se inició el pasado 12 de junio cuando uno de sus hermanos visitó su casa por primera vez desde el comienzo de la cuarentena. «Vino para traerle mercadería a nuestra mamá. El trabaja para una empresa de servicios y había pasado un montón de días sin contacto. Ese día se cuidó muchísimo, no hubo abrazos, ni besos. Pero aunque no lo sabía, él ya era positivo aunque asintomático», explicó Ayelén.
Lo cierto es que ese contacto, aunque mínimo, determinó mayores cuidados para la mamá. Estela tiene 68 años y padece de Epoc. «Es afiliada al PAMI. Hicimos los llamados para advertir sobre lo que había sucedido con mi hermano, el contacto con nosotros. En un momento, mandaron la ambulancia y la internaron en el Sanatorio Los Cedros de San Justo. Luego de realizarle los estudios correspondientes, mi mamá dio negativo. Casi al mismo tiempo, a mi hermano lo habían hisopado por la situación de su compañero y le dió positivo», contó la mujer.
La historia no termina ahí. Renzo tiene apenas 8 meses y es hijo de Ayelén. El 21 de junio tuvo fiebre y de inmediato comenzaron a moverse, llamando al teléfono 148 y otros espacios institucionales, para alertar y pedir atención. «Fuimos de urgencia al Hospital de Niños de San Justo, donde atendieron al gordo, le hicieron los estudios en medio de una situación muy compleja. El 23 tuvo resultado positivo. Y volvimos para nuestra casa para el aislamiento. Ahí fue cuando tomamos la decisión de contagiarnos todo el grupo.
En el recorrido frenético de pedir ayuda, hablar con los operadores de las líneas telefónicas de asistencia, médicos clínicos, infectólogos y otros, la familia fue recibiendo información sobre las características de contagio del coronavirus. «Si nos cuidábamos o intentábamos hacerlo viviendo en un lugar donde compartimos espacios comunes como el baño o la cocina, nos decían que nos íbamos a contagiar igual, pero de manera escalonada. Así que lo charlamos, pensamos juntos, y optamos por contagiarnos todos en grupo. En el proceso, a mi hermana Joana le hicieron hisopado también desde la empresa para la que trabaja y dio positivo. Lo que hicimos también fue ser completamente sinceros con los vecinos o familiares. Nos encerramos en casa los once. Sólo tres tienen resultado, ocho estamos esperando. Sabemos que es positivo, tengamos o no los síntomas. En este momento, es para destacar el valor inmenso de la solidaridad de los vecinos y muchas personas que nos están dando una mano gigante, para hacernos las compras, o directamente ayudarnos con mercadería para sobrevivir. Lo hicimos a conciencia, no tuvimos otra alternativa, porque no podemos estar meses sin poder trabajar en continuo aislamiento. Es una pesadilla todo esto, que esperamos pase pronto», finalizó Ayelén.
Fuente: Diario Popular.